Por Joseph Nasr
BERLÍN (Reuters) - El ministro del Interior de Alemania dijo el jueves que confía en que los socios de coalición de centroizquierda respalden el establecimiento de centros de tránsito en zonas fronterizas para migrantes en virtud de un plan para desactivar una disputa por la política de asilo que amenaza con desbaratar al Gobierno.
El plan fue acordado esta semana para salvar a la frágil coalición tripartita de la canciller conservadora alemana, Angela Merkel, sólo tres meses después de su formación.
En un discurso ante legisladores alemanes, Horst Seehofer, líder de la Unión Social Cristiana (CSU) con sede en Bavaria, defendió el plan para mantener en centros de tránsito a migrantes que busquen entrar a Alemania desde Austria.
De acuerdo a ese plan, los migrantes que ya se hayan registrado en otros países de la Unión Europea serán enviados de vuelta a esos lugares.
Los Socialdemócratas (SPD) de centroizquierda, que tienen que respaldar el plan para que se aplique, han manifestado preocupaciones de que los centros de tránsito se conviertan en instalaciones de detención para refugiados que violen sus libertades civiles.
Seehofer, replicando comentarios de Merkel, dijo que los centros tienen que cumplir con la Constitución de Alemania, que permite que nuevos migrantes sean retenidos por hasta 48 horas en puntos de entrada si las autoridades creen que hubo alguna irregularidad en la forma en que ingresaron al país.
"Hemos llegado a un acuerdo tras un intenso debate. Confío en que también llegaremos a un acuerdo con el SPD", afirmó. "Nuestra Constitución declara que (los migrantes) deben ser devueltos dentro de 48 horas y por lo tanto no serán instalaciones cerradas", añadió.
Los tres socios en la "gran coalición" de Merkel se reunirán el jueves por la noche para discutir el plan, que para entrar en vigor también necesita del consentimiento de otros países de la Unión Europea, particularmente Austria e Italia.
La coalición de Merkel estuvo al borde del colapso el mes pasado cuando Seehofer amenazó con reimponer controles sobre la frontera de Bavaria con Austria para devolver a migrantes que entraran al país.
Las llegadas anuales de migrantes alcanzaron su punto máximo en 2015, de más de un millón de personas, muchos de ellos civiles que huían de la guerra en Siria y, por lo tanto, con derecho a asilo, mientras otros intentaban escapar de la pobreza. Desde entonces, las llegadas han bajado con fuerza a decenas de miles.