ROMA (Reuters) - Los turistas que visiten el panteón de Roma, uno de los monumentos mejor conservados del mundo antiguo, tendrán que pagar una tarifa de entrada a partir de mayo de 2018, a menos que vayan allí a rezar, según anunció esta semana el Ministerio de Cultura y Turismo de Italia.
El enorme extemplo cilíndrico, que ahora es una iglesia y cuyo muro exterior sostiene una cúpula de 43,3 metros con un tragaluz circular en su cumbre, atrajo a 7,4 millones de visitantes el año pasado.
La nueva tarifa de 2 euros por persona es parte de un impulso para generar más ganancias a partir de los activos culturales de Italia y el Ministerio sostuvo que las visitas de turistas también serán suspendidas durante los servicios religiosos.
Parte de los ingresos por las entradas se destinarán a la mantención del sitio, donde el estadista romano Marcos Vipsanius Agrupa encargó la construcción de un templo en honor del emperador Augusto cerca del año 27 antes de Cristo.
La forma actual del panteón y sus muros de seis metros de ancho se remontan a la primera parte del reino del emperador Adriano, que ascendió al poder en el año 117 después de Cristo. El edificio sobrevivió a los ataques de bárbaros contra Roma y fue transformado en una iglesia cristiana el año 609.
Entre personajes célebres enterrados allí figuran el artista del Renacimiento Rafael Sanz y dos reyes italianos.
Cuidar obras de arte y arquitectónicas que se remontan a miles de años ha presentado desde hace tiempo un desafío para un país que es responsable de más sitios declarados Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO que cualquier otra nación, y tiene problemas de larga data de burocracia y bajo financiamiento público.