Por Paul Day y Edward McAllister
MADRID/DAKAR (Reuters) - El número de inmigrantes que llegan a España por mar desde el norte de África se ha duplicado en 2017 respecto al año anterior, superando a la ruta Libia-Italia como el punto de entrada a Europa que registra un mayor crecimiento.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) dice que este aumento en las llegadas de embarcaciones con inmigrantes ya está aumentando la presión en las insuficientes estructuras para atender a la inmigración en España.
Más de 360.000 refugiados e inmigrantes llegaron a las costas europeas a través del Mediterráneo el año pasado, escapando de la pobreza y los conflictos, según ACNUR. Este año, más de 85.000 han llegado a Italia.
El Ministerio del Interior español no devolvió las llamadas y correos electrónicos solicitando comentarios.
Mientras que la ruta marítima a Italia continúa siendo la más popular con 59.000 inmigrantes entre enero y mayo, un 32 por ciento más que el pasado año, la ruta española más al oeste ha cobrado fuerza, con 6.800 inmigrantes cruzándola en el mismo periodo, un aumento del 75 por ciento respecto a 2016.
En junio, la tendencia fue aún más pronunciada. Unos 1.900 inmigrantes, la mayoría hombres jóvenes procedentes de Guinea, Costa de Marfil, Gambia y Camerún, alcanzaron las costas de Andalucía, cuadruplicando las cifras registradas el mismo mes del año pasado.
Más al sur, es igual de dramática la caída de inmigrantes registrados en la región de Agadez de Níger, una parada clave en la ruta a Libia desde África occidental.
"La gente habla de ir a España. Parece que es más seguro ir a través de Marruecos a España que hacerlo a través de Libia. La diferencia es que Libia no tiene presidente y Marruecos sí – no hay armas como en Libia", dijo Buba Fubareh, un albañil de 27 años de Banjul, Gambia, que intentó llegar a Europa a través de Libia el año pasado y fracasó.
Muchos inmigrantes africanos que han pasado a través de Libia han dicho haber sido golpeados, detenidos en campamentos sin comida ni agua e incluso comercializados como esclavos antes de que exigieran un rescate por ellos o fueran obligados a realizar trabajos forzados o a la explotación sexual.
¿SIN PREPARACIÓN?
También se ha producido una reorganización similar dentro de la misma ruta del Mediterráneo occidental. El Mar de Alborán, que conecta el noreste de Marruecos con el sureste de España, es ahora más popular que el estrecho de Gibraltar o las fronteras terrestres de Ceuta y Melilla, donde se ha incrementado la vigilancia.
Las llegadas de inmigrantes a la costa española promediaron poco menos de 5.000 al año entre 2010 y 2016, según datos del Gobierno, por debajo del pico de 39.180 en 2006. Este año va camino de alcanzar los 11.000, de acuerdo a los datos.
El país no estaba preparado para manejar a grupos vulnerables como las víctimas del tráfico de personas o menores no acompañados y refugiados que deberían ser canalizados a través de los procedimientos de asilo, según ACNUR.
España ha dado hasta ahora una tibia respuesta a la petición de Italia a varios países de la Unión Europea para permitir que los barcos de rescate que transportan a inmigrantes africanos por el Mediterráneo atraquen en sus puertos y ayuden a gestionar las decenas de miles de llegadas.
"Lo que está claro es que ellos (el Gobierno español) tiene que prepararse. No les puede coger desprevenidos. Lo que empezó a pasar en otras partes de Europa en 2015 no se puede permitir que ocurra aquí", dijo María Jesús Vega, portavoz de ACNUR en España.
"Todavía no es una emergencia, pero hay que tener en cuenta que aquí no hay estructuras para tratar con más llegadas".