Por Brian Homewood
OSAKA (Reuters) - El Barcelona probablemente afrontará el repertorio completo de tácticas capaces de amargar una eliminatoria del brasileño Luiz Felipe Scolari cuando se enfrente el jueves al equipo chino que dirige, el Guangzhou Evergrande, en la semifinal de la copa del Mundial de Clubes.
El campeón de la Champions no podrá contar con el delantero Neymar, que está lesionado, frente al rival asiático, que está en semifinales por segunda vez en tres años tras la victoria el domingo por 2-1 contra el Club América de México.
El campeón sudamericano River Plate, con el respaldo de miles de fans que han hecho un viaje maratoniano desde Argentina, jugará contra el Sanfrecce Hiroshima, actual campeón de la liga japonesa, en la otra semifinal que se disputará el miércoles en Osaka.
El Barça de Lionel Messi es el favorito para ganar el torneo por tercera vez en siete años, pero el equipo sabe que Scolari, que lleva entrenando al equipo chino desde junio, no se lo va a poner nada fácil.
Aunque su reputación ha caído desde que perdió 7-1 contra Alemania en el Mundial del año pasado, Scolari ha sido siempre un especialista en eliminatorias, y se le conoce en Brasil como el mata-mata (hazlo o muere).
Se siente más a gusto cuando no consideran a su equipo como favorito, pero a menudo lleva al límite las reglas del juego usando faltas técnicas para controlar al equipo contrario y evitar que encadene pases en el medio campo.
Cuando el equipo brasileño de Scolari ganó por 3-0 a España en la final de la Copa Confederaciones de 2013, sus jugadores cometieron 26 faltas, la mayoría fueron golpes astutos y tirones de camiseta en el mediocampo, de forma tan sutil que consiguieron no sumar ninguna tarjeta amarilla.
Con una mezcla de jugadores chinos y un contingente de brasileños, el Guango se encuentra imbatido tras 28 partidos, incluyendo los 24 partidos jugados con Scolari desde su incorporación en junio. En este tiempo, ha ganado tanto la Liga China como la Liga de Campeones de Asia.