Por Martyn Herman
LONDRES (Reuters) - La Eurocopa de mayor tamaño de la historia empieza el viernes en París en un festival de cuatro semanas de fútbol que promete reivindicar el juego por encima de escándalos de corrupción y temores de seguridad que han ensombrecido los preparativos.
Todos los ojos se posarán en Francia, el país anfitrión, cuando empiece a rodar el balón contra Rumanía en el Stade de France 210 días después de que unos suicidas junto al mismo recinto dieran inicio a una noche de terror en toda la capital que acabó con la muerte de 130 personas.
La Eurocopa debería haber sido un momento de orgullo para el expresidente de la FIFA, Michel Platini.
La leyenda francesa, que ayudó a su país a conseguir el título en 1984 en casa, logró su deseo de expandir el torneo a 24 naciones.
Pero su presencia en el torneo será exclusivamente como aficionado, debido a una inhabilitación de cuatro años tras verse envuelto en un escándalo de corrupción de la FIFA que sacudió al deporte.
Con este telón de fondo, sólo se puede esperar que el torneo, el primero que se disputa desde que estalló el escándalo el pasado verano y el último con un solo anfitrión (a partir de ahora la fase final se jugará en todo el continente), deje momentos inolvidables en el campo.
Ciertamente tiene capacidad para hacerlo con 51 partidos en 31 días que se disputarán en toda Francia, desde la región minera de Lens en el norte al puerto mediterráneo de Marsella.
Selecciones que no solían llegar a la fase final esperan poder demostrar que tienen un sitio en la Eurocopa y reivindicar la idea de Platini, criticada por algunos por sustituir la cantidad por la calidad.
No obstante, también se debería poner de relieve una vez más que los favoritos son, casi inevitablemente, los que llegan más lejos y que el triunfo sorpresa de Grecia en 2004 fue una anomalía.
España retuvo su título hace cuatro años en Polonia y Ucrania, un torneo en el que participaron sólo 16 naciones, y estará entre los favoritos para repetir victoria, aunque la tricampeona Alemania, la finalista de 2012 Italia, Francia y una resurgida Inglaterra se sitúan alto en las apuestas.
Irlanda del Norte, Albania, Islandia, Eslovaquia y Gales debutan por primera vez en el torneo, el segundo a nivel de prestigio después del Mundial y no muy lejos en cuanto a calidad.
Para la vieja guardia de España, jugadores como Andrés Iniesta, Sergio Busquets, Gerard Piqué y Sergio Ramos, la Eurocopa podría ser su último gran éxito tras la decepción del Mundial de Brasil hace dos años, y con Vicente del Bosque al frente, será difícil pararles.
Sobre Francia, ganadores en 1984 y 2000, recaen las esperanzas de un país que aún está asimilando el golpe de los atentados del año pasado.
El entrenador Didier Deschamps tiene calidad de sobra a su disposición, con jugadores como el centrocampista de la Juventus Paul Pogba y los delanteros Kingsley Coman y Antoine Griezmann.
La campeona del mundo, Alemania, aspira a su primer título europeo en 20 años, mientras Inglaterra quiere conseguir su primer éxito internacional desde el Mundial de 1966.