Por Lin Noueihed y Stephen Kalin
EL CAIRO (Reuters) - La máxima autoridad religiosa egipcia ha rechazado la sentencia de muerte propuesta para el líder de los ilegalizados Hermanos Musulmanes y de 13 de sus miembros por asesinato y violencia, pero un tribunal pidió el jueves que lo reconsiderara.
Mohamed Badie, el guía general de la Hermandad, y los otros acusados fueron condenados el 19 de junio, pero la ley egipcia requiere que cualquier sentencia capital sea referida al gran mufti Shawqi Alam, el máximo responsable legal islámico de Egipto, para que dé su opinión antes de que cualquier ejecución tenga lugar.
Las conclusiones del mufti normalmente no se hacen públicas, pero uno de los tres jueces del caso dijo que el mufti había dicho que "las investigaciones y las pruebas no eran suficientes para llevar a cabo la sentencia de muerte".
En una maniobra sin precedentes en la historia del Derecho egipcio, el tribunal pidió al mufti que reconsiderara y aplazara la vista, en la que tenía que aceptar o rechazar la sentencia inicial, hasta el 30 de agosto.
"El mufti no dio una opinión religiosa, sino que interfirió en el dominio del tribunal al evaluar las pruebas del caso", dijo el juez.
Aunque muchos egipcios aceptaron el derrocamiento del presidente islamista electo Mohamed Mursi, llevado a cabo por el Ejército, hay una creciente inquietud por la severidad de las medidas sobre los ahora ilegales Hermanos Musulmanes.
Varios miles de sus líderes y miembros han sido arrestados, muchos por cargos de terrorismo, desde la deposición de Mursi.
RÁPIDOS VEREDICTOS
Las sentencias de muerte propuestas contra más de un millar de estos miembros han provocado la indignación entre los gobiernos occidentales y los grupos de defensa de los derechos humanos, que han condenado las prisas con las que los tribunales han emitido veredictos tan serios. Aún no se ha llevado a cabo ninguna ejecución y cientos están esperando la opinión del mufti.
El presidente Abdel Fatah al Sisi, uno de los jefes del Ejército que derrocó a Mursi, dijo en la campaña de las elecciones de mayo que los Hermanos -el grupo político egipcio más antiguo y mejor organizado- se había acabado y dejaría de existir durante su mandato.
Entre los acusados en el caso de El Cairo están los veteranos Mohamed el Beltagi y Esam el Erian, al igual que antiguos miembros del gobierno de Mursi. Seis de los acusados han huido.
Los detenidos están acusados de matar a nueve personas y de incitar a matar, lo que causó otras 21 muertes en los enfrentamientos que tuvieron lugar cerca de la mezquita Istiqama en las afueras de El Cairo, en julio de 2013, después de que Mursi fuera depuesto.
El juez Mohamed Nagi Shehata, que lidera el tribunal, también presidió el controvertido juicio de tres periodistas de Al Yazira que recibieron una condena de entre siete y diez años en prisión. Pero uno de sus jueces asistentes, Ihab al Manufi, ya se ha negado a firmar la sentencia original de muerte emitida en junio, señalando que, incluso dentro de la judicatura, hay inquietud sobre los juicios.
Ibrahim Negm, un veterano consejero del gran mufti, dijo que la ley islámica requiere que las autoridades religiosas revisen todas las pruebas en un caso, si se les pide que lo hagan.
"Las autoridades religiosas siempre han apoyado evitar el principio bien establecido de que incluso la más mínima duda otorga razones para cancelar penas estipuladas", dijo en comentarios enviados por email.
Badie y 182 seguidores de los Hermanos han visto ya confirmadas sus sentencias de muertes en un caso separado después de la decisión del Mufti. Tienen derecho a apelar.