Por Sami Aboudi
DUBÁI (Reuters) - La principal autoridad religiosa de Arabia Saudí dijo que los líderes de Irán no eran musulmanes, lo que generó un reproche de Teherán en un intercambio inusualmente duro entre los rivales regionales por la gestión del peregrinaje anual del Haj.
La guerra verbal en la víspera del masivo peregrinaje profundizará una larga pelea entre el reino suní y la potencia revolucionaria chií. Ambos apoyan a bandos opuestos en la guerra civil de Siria y en otros conflictos en Oriente Próximo.
El líder supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, criticó en un mensaje publicado el lunes a Arabia Saudí por cómo organiza el Haj después de que una colisión provocase la muerte de cientos de peregrinos el año pasado. Jamenei dijo que las autoridades saudíes habían "asesinado" a algunos de ellos, describiendo a sus gobernantes como ateos y profanos.
En respuesta a una pregunta del diario saudí Makkah, el gran muftí de Arabia Saudí , Abdulaziz Al al-Sheij, dijo que no le sorprendían los comentarios de Jamenei.
"Debemos entender que no son musulmanes (...) sus principales enemigos son los seguidores de los suníes", dijo Al al-Sheij, según fue citado en comentarios publicados por Arab News.
Y describió a los líderes iraníes como hijos de "magus", en referencia al zoroastrismo, la principal creencia en Persia hasta que los árabes musulmanes invadieron la región de lo que hoy es Irán hace 13 siglos.
Las declaraciones de Al al-Sheij provocaron una áspera reacción del ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Mohammad Javad Zarif, quien dijo que había evidencia de intolerancia entre los líderes saudíes.
Las autoridades saudíes normalmente tratan de evitar la discusión pública de si los chiíes son musulmanes, pero implícitamente los reconoce como tales al recibirlos en el Haj y al aceptar visitas de iraníes a la Organización para la Cooperación Islámica, con sede en Arabia Saudí.