Por Ju-min Park y Christine Kim
SEÚL (Reuters) - El nuevo presidente liberal de Corea del Sur, Moon Jae-in, juró su cargo el miércoles y prometió encargarse de inmediato las difíciles tareas de abordar las ambiciones nucleares de Corea del Norte y calmar las tensiones con Estados Unidos y China.
Moon dijo en su primer discurso como presidente que inmediatamente comenzaría los esfuerzos para distender la situación en la península coreana y negociar con Washington y Beijing con el fin de para enfriar la disputa por el despliegue de un sistema de defensa antimisiles estadounidense en el sur.
El mandatario surcoreano también tiene previsto anunciar el nombramiento de los principales cargos en el gabinete y el equipo presidenciales casi de inmediato para poner fin rápidamente al vacío de poder provocado por la retirada en marzo de su predecesor, Park Geun-hye, en un escándalo de corrupción que sacudió a la élite política y empresarial de Corea del Sur.
"Voy a tratar de solucionar urgentemente la crisis de seguridad", dijo Moon en el complejo parlamentario. "Si es necesario, iré directamente a Washington, iré a Beijing y Tokio y, si las condiciones lo permiten, también a Pyongyang".
El despliegue del sistema de defensa aérea THAAD en el Sur ha enfurecido a China, principal socio comercial de Seúl, que ve el poderoso radar estadounidense como una amenaza para su seguridad.
La cuestión ha nublado los esfuerzos para contener los programas nucleares y de misiles de Corea del Norte, y también ha llevado a recriminaciones chinas contra compañías surcoreanas.
Moon, de 64 años, también se comprometió a eliminar lo que denominó lazos colusorios entre empresas y gobierno que han caracterizado muchos de los conglomerados familiares de Corea del Sur, conocidos como chaebol, y prometió ser un líder incorruptible.
"Asumo este cargo con las manos vacías y dejaré el cargo con las manos vacías", dijo Moon.
Como presidente, Moon debe encontrar una manera de persuadir a una Corea del Norte cada vez más beligerante de que baje el tono de sus amenazas militares. Pyongyang ha llevado a cabo su quinto ensayo nuclear y una serie de lanzamientos de misiles desde el comienzo del año pasado, elevando la tensión en la península.
Washington quiere aumentar la presión sobre Pyongyang a través de un mayor aislamiento y sanciones, en contraste con la strategia de Moon de trabajar para lograr una relación más estrecha con el recluido Norte.