Por Juan Medina
A BORDO DEL OPEN ARMS, FRENTE A LA COSTA DE SICILIA, 24 nov (Reuters) - El líder de la misión de rescate española del barco Open Arms dijo el domingo que las autoridades italianas se han negado a permitirles el acceso a puerto, dejando a la nave desamparada en condiciones difíciles en el Mediterráneo con más de 70 inmigrantes africanos a bordo.
Los 73 migrantes fueron rescatados el miércoles por la noche, cuando fueron encontrados en un bote de una patera a la deriva a unos 80 kilómetros de Libia.
Italia ha permitido al barco entrar en sus aguas territoriales para protegerse de una tormenta, pero se ha negado a permitir que el barco atraque, según dijo la ONG que opera el barco.
El jefe de la misión Open Arms, Ricardo Gatti, que está a bordo del barco, dijo que la organización ha solicitado atracar en Italia y Malta, pero que ambas le han denegado el permiso. Italia sugirió al barco tomar puerto en Trípoli, dijo.
"Seguimos pidiendo un puerto seguro para desembarcar, lo cual es una obligación legal del Gobierno de acuerdo con los convenios internacionales. Tenemos personas a bordo que probablemente necesitan ser evacuadas por problemas de salud", dijo Gatti.
Las aguas agitadas del mar agravan la situación, añadió.
Sin embargo, la ministra del Interior de Italia, Luciana Lamorgese, señaló que el país podría abrir un puerto para que los barcos de rescate españoles Open Arms y Aita Mari puedan atracar.
"Tenemos dos barcos más (...) con cientos de migrantes a bordo rescatados en los últimos días, que piden un puerto seguro, y presumiblemente lo tendrán", dijo en una entrevista en la televisión estatal.
Preguntada sobre si el barco desembarcaría en el puerto siciliano de Messina, respondió que "estamos llevando a cabo controles".
Un fotógrafo de Reuters a bordo del barco pudo ver a los migrantes acurrucados bajo un refugio improvisado en la cubierta mientras la nave singlaba a través de aguas agitadas, con los relámpagos iluminando el cielo sobre sus cabezas.
Entre el grupo de migrantes, en su mayoría del centro y el oeste de África, hay tres mujeres, dos niños pequeños y 24 menores no acompañados que arriesgaron sus vidas en la peligrosa travesía en busca de una vida mejor en Europa.
El Gobierno italiano ha adoptado una postura firme contra la inmigración y se ha resistido anteriormente a los intentos de los barcos de rescate de desembarcar inmigrantes en su territorio.
Este verano, una disputa de semanas de duración con el Gobierno italiano sólo se resolvió después de que un tribunal ordenara a las autoridades que abrieran el puerto, permitiendo que 100 migrantes desembarcaran.
En la isla italiana de Lampedusa, los cuerpos de cinco mujeres fueron recuperados a primera hora del domingo después de que su barco zozobrara debido a las malas condiciones del mar, según informó la Guardia Costera italiana.
Tres de ellas fueron encontradas en el mar y las otras dos en una playa, según la declaración de la Guardia Costera. La búsqueda de más tripulantes continuaba, pero el mal tiempo complicaba los trabajos.
La Guardia Costera salvó el sábado a 149 personas, entre ellas 13 mujeres y tres niños, de un barco que se hundió después de que se notificara que se encontraba en situación peligro a menos de una milla de Lampedusa.
Los supervivientes dijeron que hasta 20 personas permanecían desaparecidas, según una fuente judicial. Los desaparecidos en el mar proceden de Argelia, Túnez y Pakistán.
Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), en lo que va de año se han confirmado casi 1.000 muertes en las tres principales rutas migratorias a través del Mediterráneo.
"Necesitamos de una acción decisiva por parte del Gobierno italiano y de Europa para detener a los traficantes de personas", dijo el alcalde de Lampedusa, Salvatore Martello, desde Barcelona, donde se reunirá con su homóloga Ada Colau para tratar de la crisis de los migrantes.
(Información de Juan Medina desde el Open Arms y Wladimiro Pantaleone desde Palermo,; Escrito por Nathan Allen y Giulio Piovaccari, Editado por Angus MacSwan,; Traducido por Darío Fernández en la redacción de Gdansk)