EL VATICANO (Reuters) - Los obispos que se demuestren "negligentes" al tratar con sacerdotes acusados de abusos sexuales a menores serán investigados y podrían ser destituidos de su cargo, dijo el sábado un decreto papal.
El papa Francisco ha prometido tolerancia cero dentro de la iglesia para quien abuse de niños y comparó tales abusos con una "misa satánica". En 2014 creó una comisión vaticana para tratar de encontrar las mejores prácticas para erradicar los abusos en las parroquias.
Con el decreto, el Papa pone en marcha una promesa hecha el año pasado, cuando aprobó que un tribunal del Vaticano juzgase a obispos acusados de encubrir o no haber evitado el abuso a menores.
Los grupos de víctimas han pedido reiteradamente a la Iglesia católica que haga más para que los obispos rindan cuentas por los abusos de sus diócesis, incluso aunque no sean los responsables directos de ello.
David Clohessy, director de la Red de Supervivientes de Abusos de Sacerdotes, era escéptico ante la respuesta de la iglesia.
"En lugar de sólo echar a los obispos malos o entregar grabaciones de abusos a las autoridades, el Vaticano está probando otro 'proceso' interno para supuestamente lidiar con los obispos que ignoran u ocultan delitos sexuales contra niños", dijo en un comunicado. "Un 'proceso' sólo es útil si se emplea tan a menudo como para desalentar el delito. Dudamos de que este lo sea", añadió.
La Iglesia católica ha estado sacudida en los últimos 15 años por escándalos de sacerdotes que abusaron sexualmente de niños y que fueron trasladados de parroquia en parroquia en lugar de apartarlos y llevarlos ante las autoridades.
En algunos países desarrollados, particularmente en Estados Unidos, la Iglesia ha pagado decenas de millones de dólares en acuerdos judiciales.
Aunque un obispo ya puede perder el cargo con el actual código canónico por "motivos graves", el Papa dijo que quería especificar con el decreto que esos motivos comprendían el hecho de que los obispos no logren atajar adecuadamente los casos de abusos.
Los obispos "deben ser particularmente diligentes al proteger a los más débiles de entre las personas que se les encomiendan", dijo el Papa en el decreto.
Añadió que un obispo puede ser destituido "por negligencia, actos ejecutados u omitidos que causen daño grave a otros", sea físico, moral, espiritual o financiero.
El decreto exige al Vaticano a iniciar una investigación si hay "pruebas serias" de negligencia. El obispo tendrá la oportunidad de defenderse. Al final, el Vaticano puede emitir un decreto para destituirlo o pedirle que renuncie en 15 días.
Cualquier destitución debe ser aprobada por el Papa, que será aconsejado por un grupo de asesores legales.