Por Neil Jerome Morales
MANILA (Reuters) - El Gobierno filipino se retirará el viernes de un alto al fuego acordado con rebeldes comunistas, dijo el presidente del país, Rodrigo Duterte, que ordenó a los soldados prepararse para combatir y declaró que no habría paz con los insurgentes durante una generación.
Duterte había hecho del proceso nacional de paz una de las prioridades de su administración, pero mostró su frustración por las exigencias del Nuevo Ejército del Pueblo (NEP) y la muerte de siete soldados después de que el NEP diera por finalizado el alto al fuego hace dos días.
"He perdido muchos soldados en solo 48 horas, creo que seguir con el alto al fuego no produce o no producirá nada", dijo Duterte en un discurso.
"Estoy pidiendo a los soldados: volver a vuestros campamentos, limpiad vuestros rifles y estad listos para luchar".
La declaración de Duterte llega poco después de que su ministro de Defensa aseverase el miércoles que el Ejecutivo mantendría el alto al fuego unilateral.
Los comunistas acusaron al Ejército de ocupar 500 barrios, o distritos urbanos, que están supuestamente bajo su control.
Los rebeldes dijeron que las tropas gubernamentales llevaron a cabo "acciones hostiles", pero que todavía apoyaban el proceso de paz.
El Ejército respondió diciendo que el NEP había roto el alto al fuego en numerosas ocasiones. Estaba previsto que la tregua caducase el 10 de febrero.
"Realmente lo siento mucho. Lo he hecho lo mejor que he podido, pero como dice la canción, lo mejor no fue suficiente", dijo Duterte.
"No habrá paz en esta tierra respecto al Partido Comunista. Reanudemos la guerra".
Dijo que las exigencias de los rebeldes eran "demasiado grandes" y que era imposible lograr un acuerdo. En su opinión, había mostrado su compromiso con el proceso al liberar a algunos de los principales líderes comunistas.
"Me entristece deciros que no habrá paz con los comunistas durante la próxima generación".