Por Marco Trujillo y Nathan Allen
MALLORCA, España, 24 mar (Reuters) - Los turistas alemanes que acuden a las soleadas costas de Mallorca para pasar la Semana Santa traen un ansiado dinamismo para algunos negocios locales, pero los hoteles y restaurantes cerrados en toda la isla recuerdan que al sector turístico español aún le faltan años para recuperarse por completo.
La cerveza fluye y los visitantes disfrutan del sol en las terrazas de Mallorca, muy populares entre los alemanes, días después de que Berlín levantara la cuarentena para los viajeros que regresan.
Sin embargo, las decenas de miles de personas que se han subido a los vuelos de última hora son una pequeña parte del volumen de turistas extranjeros que acude habitualmente a la isla en marzo y abril.
El turismo extranjero en España se desplomó un 80% en 2020, hasta los 19 millones de visitantes, su nivel más bajo en medio siglo, ya que las restricciones por la pandemia mundial redujeron drásticamente los viajes internacionales.
Las previsiones sobre el ritmo de la recuperación varían, pero se descarta una gran explosión de turismo en verano y pocos contemplan la vuelta a los niveles anteriores a la pandemia antes de 2023.
Alemania sigue desaconsejando los viajes, y a los británicos, que suelen ser el segundo mayor grupo de turistas extranjeros en Mallorca, no se les permite de momento ir de vacaciones al extranjero, lo que deja desierta la localidad de Magaluf, favorita de los turistas británicos.
LA IMPORTANCIA DEL TURISMO DISMINUYE
En su escenario principal, el banco central prevé que la llegada de turistas extranjeros a España alcanzará este año alrededor del 60% de los niveles de 2019, frente al 20% del año pasado.
Sin embargo, María Jesús Fernández, economista del centro de estudios Funcas, tildó esas estimaciones de optimistas y advirtió que 2021 podría ser incluso peor que 2020.
Aunque la demanda debería empezar a recuperarse en el tercer trimestre y cobrar fuerza hacia finales de año, esa mejora no compensará el fuerte descenso de las llegadas en el primer trimestre, dijo.
Los datos oficiales aún no están disponibles, pero Fernández calcula que la contribución del turismo al producto interior bruto se desplomó hasta el 4-4,5% el año pasado desde el 12% de 2019, un desplome que podría reconfigurar la economía española.
Estimulados por los programas de inversión financiados por la UE, es probable que la construcción y la industria pesada adquieran un mayor protagonismo, mientras el turismo y el ocio retrocederían.
Ante el aumento de los niveles de infección por COVID-19 en toda Europa, analistas y empresarios coincidieron en que cualquier recuperación depende del éxito de la campaña de vacunación.
(Información de Marco Trujillo en Mallorca y Belén Carreño y Nathan Allen en Madrid; información adicional de Tanya Wood en Berlín; escrito por Nathan Allen e Ingrid Melander; editado por Mike Collett-White,traducido por Michael Susin en la redacción de Gdansk)