Por Andrew M. Seaman
(Reuters Health) - Beber una copa de vino tinto en la cena es seguro y hasta podría ser beneficioso para las personas con diabetes tipo 2, según un nuevo estudio.
Los participantes con una alimentación equilibrada que bebieron una copa de vino tinto con la cena durante dos años mejoraron sus valores de colesterol HDL o "bueno" y otros factores relacionados con la salud con respecto del grupo que bebió agua mineral.
Eso, en realidad, debería interpretarse con precaución y con un cuidadoso control médico, según aclaró la autora principal, Iris Shai, de la Universidad de Ben-Gurión del Negev, Beer Sheva, Israel.
Los riesgos y los beneficios del alcohol en la población diabética están en debate, según publica el equipo de Shai en Annals of Internal Medicine. Mientras que los estudios sugieren que su consumo moderado podría tener efectos positivos en la gente con y sin diabetes, se cuestiona si los médicos deberían aconsejarles a sus pacientes diabéticos beber alcohol.
Al azar, los autores les pidieron a 224 adultos con diabetes tipo 2 de entre 40 y 75 años que bebieran en la cena 150 ml de agua mineral, vino blanco o vino tinto durante dos años. Ninguno bebía alcohol.
Además, todos adoptaron una dieta del estilo mediterráneo, rica en verduras, granos integrales, legumbres y frutos secos. Reemplazaron la manteca con grasas saludables.
El 87 por ciento finalizó el estudio y el 80 por ciento bebió la "dosis diaria" de vino. Los que habían consumido vino tinto tenían valores más saludables de colesterol HDL, que es el que elimina el colesterol LDL o "malo" de las arterias. También disminuyó el riesgo coronario, de acuerdo con la relación entre el colesterol total y el HDL.
Los autores también identificaron las enfermedades que forman el síndrome metabólico, que eleva el riesgo de padecer enfermedad cardíaca, diabetes e infartos cerebrales. Los consumidores de vino tinto tenían menos de esos factores de riesgo, como el contorno abdominal excesivo o la hipertensión, que los consumidores de agua.
Pero excepto un subgrupo de participantes, en los que el hígado procesaba el alcohol lentamente, los participantes no mostraron una mejoría de los valores de glucosa en sangre. El equipo no pudo precisar si disminuyeron los infartos cardíacos o las muertes con el consumo de vino tinto versus el de agua.
"Aunque el vino tinto se mostró superior, no recomendaríamos adoptar la costumbre de beberlo, sino de disfrutar del vino tinto y blanco con moderación dentro de una alimentación saludable", dijo Shai.
Adelantó que el equipo estudiará las tasas de enfermedad y muerte en un próximo ensayo clínico aleatorizado multicéntrico, que es el diseño más sólido de la investigación clínica.