MADRID (Reuters) - La ministra española de Hacienda, María Jesús Montero, anunció el viernes que el Gobierno espera relajar la senda de consolidación fiscal de España para 2020 y 2021, después de que la víspera el Gobierno elevase el objetivo de déficit para este año y 2019.
Para 2021, el Gobierno socialista espera un déficit del 0,4 por ciento, frente al superávit del 0,2 por ciento comprometido por el Ejecutivo anterior, lo que supone retrasar en dos años el equilibrio de las cuentas públicas. Para 2020, el Gobierno espera alcanzar un déficit del 1,1 por ciento, frente al objetivo del 0,5 por ciento anterior.
La ministra dijo que los compromisos anteriores eran "imposibles de cumplir" y no eran compatibles con la agenda social. Ahora el Gobierno debe trabajar en pactar unas cuentas para 2019 que supondrán un ajuste extra de casi 4.500 millones de euros.
Aunque la ministra Montero no ofreció cifras exactas de los ajustes, una fuente próxima a Hacienda confirmó que estos son los cálculos que se manejan dentro del ministerio. La misma fuente reconoció que se alcanzará el objetivo subiendo el gasto, por lo que es obligado conseguir más ingresos.
El jueves por la noche, la ministra de Economía, Nadia Calviño, anunció en Bruselas que había acordado con el Eurogrupo un cambio en los objetivos de déficit al pasar del 2,2 por ciento prometido en 2018 a un 2,7 por ciento; y del 1,3 por ciento marcado para 2019 a un 1,8 por ciento.
Pese a estos límites más "flexibles", España tendrá que reducir en nueve décimas el tamaño del agujero de las cuentas públicas, pero espera que casi la mitad se cierre gracias al ciclo económico alcista.
Las otras cuatro décimas -esto es 4.500 millones de euros- tendrán que venir por la vía de los ajustes.
La fiscalidad "verde" será un elemento importante en el nuevo sistema fiscal. Igualar, por ejemplo, la tributación del diésel a la gasolina, como reiteró el viernes Montero, podría acarrear una recaudación extra de alrededor 2.000 millones de euros.
La ministra aclaró que esta nivelación de los impuestos de los combustibles se hará "progresivamente".
Montero ya había adelantado que creará un nuevo impuesto para la banca y otros para las grandes tecnológicas, ambos inspirados en impuestos que se han discutido en la UE pero que solo algunos países han aterrizado en su ordenación fiscal.
También dice que subirá los impuestos "a las grandes empresas" -con facturación por encima de los 8 millones de euros- buscando las fórmulas para que el tipo real de tributación (que en España está alrededor del 12%) se acerque al tipo nominal (25%).