Por Julien Hennequin
MADRID, 15 mar (Reuters) - Los españoles se confinaron en sus casas el domingo después de que el Gobierno impusiera severas restricciones a la vida pública para tratar de detener la propagación del coronavirus, ya que los casos de infección aumentaron a un ritmo similar al de Italia.
España, el segundo país europeo más afectado después de Italia, ordenó el sábado a sus 47 millones de ciudadanos que se confinara en sus casas, excepto para las salidas necesarias como la compra de alimentos y medicinas, ir a centros sanitarios, y algunos otros motivos de fuerza mayor.
Las calles de Madrid y Barcelona estaban desiertas el domingo. Los autobuses del centro de Madrid estaban vacíos de pasajeros.
Todos los grandes periódicos nacionales llevaban una página de portada con un eslogan promovido por el Gobierno "Este virus los paramos unidos".
La situación supone un golpe a la próspera industria turística española, con la cancelación de las famosas procesiones de Semana Santa.
El domingo, Reino Unido aconsejó a sus ciudadanos que no viajaran a España por motivos que no fueran esenciales.
Los españoles están preocupados por cómo les afectará económicamente el bloqueo.
"Espero que termine pronto para poder volver a trabajar", dijo Fabricio, un trabajador del aeropuerto de 22 años, que prefirió no dar su apellido, mientras esperaba para hacer una transferencia monetaria en el centro de Madrid.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, dijo el sábado que las medidas tendrían un gran impacto en los ciudadanos y las empresas, pero prometió que el Gobierno trabajaría para disminuir el golpe. [L8N2B70F5]
Su esposa, Begona Gómez, se encuentra entre las personas que han dado positivo en las pruebas del virus, al igual que dos ministros del Gobierno.
España, donde más de la mitad de los puestos de trabajo dependen de pequeñas o medianas empresas, tiene ya una de las tasas de desempleo más altas del mundo
España ha tenido 193 muertes por el virus y 6.250 casos hasta ahora, dijo el domingo la cadena pública TVE.
(Escrito por Sonya Dowsett, Editado por Frances Kerry; Traducido por Aida Peláez en la redacción de Gdansk)