Por Gabriela Baczynska
BRUSELAS, 31 ene (Reuters) - Polonia, Bulgaria y otros estados del este de la Unión Europea están considerando llevar ante la justicia la nueva normativa europea sobre el transporte por carretera que obligaría a sus camiones a regresar a casa cada ocho semanas, un cambio que, en su opinión, perjudicaría a sus empresas de transporte, dijeron varias fuentes diplomáticas.
La reforma de las normas de transporte rodado está promovida por sus pares más ricos, entre ellos Francia y los Países Bajos, dando pie a una disputa que toca en el corazón de las divisiones entre el este y el oeste, socavando la unidad del bloque ya de por sí tocada tras el Brexit.
Los países más pobres del bloque oriental de la UE quieren obtener beneficios de la prestación de servicios a precios más bajos para expandir sus economías y recuperar la senda del crecimiento tras las décadas pasadas al otro lado del Telón de Acero.
Francia y otros países temen que los camiones procedentes de estos países que recorren la UE de punta a punta puedan perjudicar a sus propios transportistas.
La mayoría de los países de la UE acordaron el pasado diciembre reformar el sector del transporte por carretera europeo. Entre otros objetivos, la iniciativa busca reconocer a los camioneros que trabajan en el extranjero el derecho a regresar a su país cada tres o cuatro semanas, estipulando que su descanso semanal de al menos 45 horas debe transcurrir fuera del vehículo y no en áreas de aparcamiento, debiendo correr el alojamiento por cuenta de sus empleadores.
Las nuevas leyes también obligarían a los camiones que realizan transportes internacionales a regresar al país de origen de su empresa cada ocho semanas, medida concebida para luchar contra la práctica de registrar a las empresas de transporte en países con impuestos más bajos sin que realicen realmente sus operaciones en ellos.
Pero Bulgaria, Rumania, Polonia, Hungría, Letonia, Lituania, Estonia, Malta y Chipre se han mostrado en contra de la reforma, según fuentes diplomáticas. Quieren que se introduzcan cambios en las nuevas reglas, que se espera sean discutidas en el Parlamento Europeo en los próximos meses.
"Un grupo de países afines exige ver cambios en esta norma de las ocho semanas. Veremos cómo progresan las conversaciones, existiendo la posibilidad de que se vean obligados a impugnar la medida en los tribunales", dijo a Reuters esta semana un alto diplomático de la UE.
"Esto perjudica mucho a nuestras empresas. Si no tenemos otra opción, lo llevaremos ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea", dijo un segundo diplomático de los países afectados, refiriéndose al máximo tribunal de la UE.
Los países del este dicen que hacer retornar a camiones vacíos es económicamente perjudicial para sus empresas, además de dejar una pesada huella de carbono en un momento en que el bloque está tratando de frenar las emisiones de gases de efecto invernadero para ayudar a combatir el cambio climático.
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Los países occidentales, en cambio, consideran que las prácticas actuales del sector del transporte por carretera incurren en "dumping social", es decir, la práctica de trasladar las operaciones a países con menores salarios y cargas impositivas o derechos laborales menos estrictos.
(Información de Gabriela Baczynska; Editado por William Maclean; Traducido por Darío Fernández en la redacción de Gdansk)