Por Brian Love
PARÍS (Reuters) - François Fillon trataba de conservar su puesto como candidato conservador a la presidencia de Francia el viernes, en medio de una caída en los índices de opinión y dudas sobre su capacidad para continuar tras las acusaciones de que pagó a su mujer con dinero público por un trabajo que no realizó.
La policía llevó a cabo el viernes registros en el Senado en relación con las acusaciones, dijeron fuentes parlamentarias.
El presidente del Senado, Gerard Larcher, uno de los más leales apoyos a Fillon, negó en Twitter que fuera a retirar su apoyo al contendiente presidencial, como informó la publicación L'Obs.
Un segundo sondeo de opinión en dos días mostró que una gran mayoría de votantes franceses creía que el ex primer ministro debía retirarse de la carrera electoral a dos vueltas que empieza el 23 de abril.
El político de 62 años prometió en un acto nocturno en el noreste de Francia que combatiría el "ejercicio de demolición", diciendo a un grupo de unas mil personas: "La gente no busca justicia. Buscan destruirme, y más allá de destruirme a mí, destruir a la derecha y robar las elecciones".
Hasta que surgió la semana pasada el escándalo sobre los pagos a su esposa y familia, Fillon disfrutaba de lo que parecía ser una ventaja inexpugnable sobre otros contendientes presidenciales, por delante de la ultraderechista Marine Le Pen y del centrista independiente Emmanuel Macron.
Un sondeo de Odoxa para Franceinfo Radio mostró que el 61 por ciento pensaba que Fillon se equivocaba al continuar con su candidatura.
Las dudas en sus propias filas continuaban, principalmente de políticos conectados con los aspirantes a los que derrotó para hacerse con la candidatura del partido Los Republicanos.
"Un millón de euros no es una suma pequeña", dijo Rachida Dati, ministra de Justicia durante el mandato de Nicolas Sarkozy, presidente de 2007 a 2012 pero perdedor ante Fillon en las primarias para la elección del candidato para 2017.
"(Fillon) no cuenta con un respaldo unánime", dijo a la emisora RMC.
Fillon ha negado que haya actuado contra la ley desde que el periódico Le Canard Enchaine le acusara la semana pasada de pagar a su mujer, la británica Penelope, cientos de miles de euros por un trabajo como ayudante que parece que no realizó.
Ese escándalo, objeto de investigación oficial, se ha hecho más grande desde entonces, con más informaciones del periódico sobre pagos a dos de sus hijos. El jueves, un programa de televisión difundió en hora de máxima audiencia una entrevista antigua en la que la mujer de Fillon parecía decir que no desempeñó el puesto de ayudante.
"Nunca he sido realmente su ayudante ni nada por el estilo. No manejo su comunicación", dijo en una entrevista en 2007 con el diario británico The Telegraph.
Fillon se había presentado como un candidato limpio y decente.
Los sondeos de opinión han mostrado que Fillon ha caído hasta igualarse con su rival Macron. Sea cual sea de los dos el que llegue a la segunda vuelta del 7 de mayo, parece que se enfrentará a Le Pen, y que la ganarán de forma convincente.
(Información adicional de Dominique Vidalon; Traducido por Inmaculada Sanz)