KABUL (Reuters) - Dos policías españoles murieron en un ataque talibán con coche bomba cerca de la embajada española en Kabul, en una acción que, tras rectificar sus impresiones iniciales, el Gobierno español dijo que estaba dirigida contra la presencia española en Afganistán.
Tras conocerse el viernes la muerte de un policía a causa de las heridas sufridas en el ataque, el sábado el Ministerio de Interior español comunicó la muerte de una segunda víctima, en este caso un subinspector de Policía.
Interior añadió que "todo el personal de la Embajada de España, entre ellos los funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía que integran el destacamento de seguridad, han sido evacuados tras una intervención que se ha prolongado durante varias horas. En este momento están siendo atendidos".
Pese a que el viernes el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, afirmó que el objetivo de la operación no era la sede diplomática española, el ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, dijo el sábado que había sido un ataque "contra España".
"Resulta evidente que más allá de la reivindicación y más allá de lo que en un primer momento las autoridades afganas trasladaran, lo que es evidente es que es un ataque contra España", dijo en declaraciones a la prensa.
El sábado el portavoz del Ministerio del Interior de Afganistán, Sediq Sediqqi, dijo que las fuerzas de seguridad afganas mataron a todos los insurgentes involucrados en la acción, dirigida contra una casa de huéspedes cerca de la sede diplomática, situada en una zona fuertemente protegida de la capital afgana.
Los atacantes hicieron estallar un coche bomba la tarde del viernes antes de que al menos tres hombres armados ingresaran al complejo y se enfrentaran con las fuerzas de seguridad durante horas.
Había además varias personas tratadas en un hospital cercano, principalmente por heridas menores.
Los talibanes habían reivindicado la responsabilidad del ataque y un portavoz talibán dijo que fue contra "una casa de huéspedes del invasor".
El incidente se produce tras ataques contra objetivos extranjeros en Kabul en el contexto de una intensificación de la insurgencia talibán después de que cesaran las operaciones de combate de las tropas internacionales el año pasado.