Por John Davison y Roberta Rampton
BEIRUT/HANGZHOU, China (Reuters) - Las fuerzas del gobierno sirio y sus aliados volvieron a sitiar el este de la ciudad de Alepo el domingo, mientras que combatientes con apoyo turco expulsaron a Estado Islámico de todas las áreas a lo largo de la frontera entre ambos países.
Los enfrentamientos, dos potenciales momentos decisivos en el conflicto, complicaron los esfuerzos de Estados Unidos y Rusia para alcanzar un cese al fuego para Siria, arrasada por una guerra civil desde hace casi seis años.
Las negociaciones entre los antiguos enemigos de la Guerra Fría continuarán el lunes, pero las diferencias continuaban, dijo el presidente estadounidense, Barack Obama, a periodistas en la cumbre del G-20 en la ciudad china de Hangzhou.
"Aún no hemos llegado a un acuerdo. Tenemos serias diferencias con los rusos en términos de los bandos que apoyamos y del proceso que se requiere para lograr la paz en Siria", dijo Obama tras reunirse con la primera ministra británica Theresa May en Hangzhou.
El domingo, intensos ataques aéreos y de artillería ayudaron a las fuerzas del gobierno y sus aliados a expulsar a los insurgentes del complejo militar de Ramousah en Alepo, según combatientes rebeldes y un grupo de control.
Los rebeldes habían capturado el complejo en agosto, rompiendo el sitio anterior del gobierno al este de la ciudad. Los avances del domingo resultaron en un nuevo sitio contra el área, dijo Zakaria Malahifji del grupo rebelde Fastaqim.
El Observatorio Sirio de los Derechos Humanos, un grupo con sede en Gran Bretaña que monitorea la guerra civil, y una fuente militar de Damasco también mencionaron el nuevo sitio.
En una batalla más al este, los rebeldes apoyados por Turquía -y conformados por facciones basadas en Alepo- expulsaron a militantes de Estado Islámico de todas las áreas que controlaban a lo largo de la frontera entre ambos países, según los rebeldes, Ankara y el Observatorio.
Hace unos 10 días, Turquía lanzó su primera incursión en territorio sirio desde que comenzó el conflicto en el 2011, dirigida contra Estado Islámico y las fuerzas kurdas apoyadas por Washington en el área, que también combaten a los yihadistas.
La expulsión de la frontera le negó a EI su principal ruta hacia el mundo exterior, a través de la cual trasladaba a sus combatientes y armas. Es otro golpe al grupo islamista, ya bajo presión en su autoproclamado califato en Siria e Irak.
(Reporte de Roberta Rampton, John Davison, Tom Miles en Ginebra, Vladimir Soldatkin en Hangzhou, Jack Stubbs en Moscú; escrito por John Davison, Editado en español por Patricia Avila)