Por Renee Maltezou y Jan Strupczewski
ATENAS/BRUSELAS (Reuters) - Grecia y sus acreedores internacionales continuaban el miércoles enfrentados en las conversaciones para desbloquear nuevos préstamos acordados en el rescate a Atenas, mientras el primer ministro, Alexis Tsipras, dijo que se necesitaba el acuerdo esta semana y acusó a sus acreedores de "jugar" y causar retrasos.
Las conversaciones entre Grecia, la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional llevan meses titubeando debido a las diferencias sobre los progresos fiscales de Grecia, las reformas del mercado laboral y energético y nuevos temores a una nueva crisis en Europa.
Los ministros de Finanzas de la zona euro abordarán el viernes el estado de las negociaciones griegas en una reunión informal en Malta, pero responsables dijeron que era poco probable alcanzar un acuerdo completo en esta cita.
Tsipras dijo que pediría una cumbre de líderes de la UE si no se alcanzaba un acuerdo esta semana y acusó a algunos acreedores de ser obstinados.
"La economía griega está preparada para dejar atrás la crisis. Pero pese a los impresionantes resultados fiscales, algunos de nuestros acreedores no parecen dispuestos a ceder", dijo Tsipras en rueda de prensa tras una reunión con el presidente del Consejo Europeo de la UE Donald Tusk en Atenas.
"Esto no es un juego de niños. Estamos hablando del futuro de un pueblo".
Grecia está inmersa en un tercer rescate a manos de los gobiernos de la zona euro, pero para obtener el dinero tiene que pasar unas revisiones regulares sobre el avance de las reformas que acordó efectuar a cambio de la financiación.
"Lo que estamos tratando de lograr es acercarnos lo suficiente a un acuerdo para que los equipos de expertos de los acreedores puedan volver a Atenas y cerrar los números", dijo un responsable.
EL FMI, ESCÉPTICO
Si los expertos regresan a Atenas, tendrán que trabajar varios días más para alcanzar un acuerdo entre los equipos de técnicos sobre las reformas griegas que permitiría a los ministros reconocer que éstas se han completado y desbloquear el dinero.
El último escollo son unas reformas que Grecia tiene que implementar para alcanzar y mantener un superávit presupuestario del 3,5 por ciento del PIB antes del pago de los intereses de la deuda durante varios años a partir de 2018.
Las instituciones que representan a los gobiernos de la zona euro creen que Grecia mantendrá el superávit del 3,5 por ciento también en 2019, pero el Fondo Monetario Internacional, que la zona euro quiere incluir en el rescate por motivos de credibilidad, es escéptico.
El mayor debate lo provoca la reforma de las pensiones, que subiría marginalmente algunas de las más bajas, pero reduciría las más altas en un 40 por ciento, con una reducción media de alrededor del 15 por ciento.