WASHINGTON, 23 nov (Reuters) - Human Rights Watch acusó el martes al Comité Olímpico Internacional de ser cómplice de los abusos de los derechos humanos en China antes de los Juegos de Invierno de Pekín 2022 y tras la llamada del presidente del COI con la tenista china Peng Shuai, quien según denuncias puede estar bajo presión política.
Los gobiernos extranjeros y los defensores de los derechos intensificaron las críticas a las prácticas de derechos humanos de China cuando Peng desapareció durante casi tres semanas después de alegar en las redes sociales que el ex viceprimer ministro Zhang Gaoli la había atacado sexualmente.
Peng reapareció el fin de semana en Pekín y mantuvo una videollamada con el presidente del COI, Thomas Bach, el domingo. Pero la WTA y muchas tenistas han pedido que se les asegure que Peng está a salvo, y los grupos de derechos han calificado los esfuerzos de los medios estatales chinos para disipar las preocupaciones sobre su bienestar como poco convincentes.
La directora de HRW en China, Sophie Richardson, dijo en una rueda de prensa que el COI había mostrado una "notable falta de juicio" en su manejo del caso Peng y una "complicidad activa" en los abusos de Pekín. Agregó que su interés parecía ser mantener los Juegos encarrilados y no el bienestar de los atletas.
Criticó a Bach por no dejar en claro públicamente si le había preguntado a Peng si tenía acceso a un abogado o si quería presentar cargos por denuncias de agresión sexual grave, y alentó a los gobiernos a boicotear diplomáticamente los Juegos de Pekín de febrero.
"El COI ha demostrado en los últimos días lo desesperado que está por mantener los Juegos sobre rieles, sin importar los costos humanos", dijo Richardson.
Yaqiu Wang, investigador de HRW en China, dijo que el COI había participado en la "narrativa creada por el gobierno" de Pekín. "Es muy, muy difícil imaginar que puedan comunicarse con Peng Shuai sin pasar por el gobierno chino", sostuvo.
El caso de Peng ha aumentado los pedidos de un boicot diplomático a los Juegos por parte de grupos de derechos humanos y otros que critican a Pekín por sus políticas en Hong Kong y el trato a las minorías musulmanas, lo que, según Estados Unidos, equivale a genocidio.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha dicho que Washington está considerando un boicot de este tipo, en virtud del cual sus funcionarios no asistirían a las ceremonias de apertura o clausura.
(Reporte de Michael Martina y David Brunnstrom. Editado en español por Javier Leira)