Por Elvira Pollina
ROMA, 24 mar (Reuters) - Italia confía en ser autosuficiente para producir mascarillas de protección contra el brote de coronavirus dentro de dos meses, según dijo el martes el responsable nacional de la emergencia.
La escasez de mascarillas ha sido uno de los mayores problemas del sistema nacional de salud desde que apareció el brote en la rica región norteña de Lombardía a finales de febrero.
Desde entonces, ha muerto más gente por coronavirus en Italia que en cualquier otro país. El número de víctimas aumentó en 743 el martes, hasta 6.820.
"En los últimos días hemos tenido momentos muy difíciles. La razón es muy simple: no hay una producción italiana de la munición que necesitamos para luchar en esta guerra", dijo el comisionado Domenico Arcuri a periodistas.
Arcuri fue nombrado por el Gobierno a principios de este mes para hacer frente a una serie de problemas logísticos y cuellos de botella, incluyendo el suministro de mascarillas, debido a la rápida propagación del virus y a la prisa de otros países por conseguir material médico.
"Las mascarillas no son como la pasta. No se pueden comprar en las tiendas, no se pueden comprar por Internet. No se materializan donde se necesitan. Estamos viviendo una guerra comercial muy compleja y dura", dijo.
Arcuri añadió que Italia tenía una necesidad mensual de más de 90 millones de mascarillas. Esta cifra incluye las mascarillas FFP2 y FFP3, que filtran la mayoría de las partículas y que el personal sanitario debe usar cuando trata con pacientes infectados.
En un intento de hacer frente a la escasez de mascarillas, Italia ha reclutado a empresas nacionales y de moda y pronto podrá producir la mitad de las mascarillas que necesita el país, dijo Arcuri.
"En 96 horas un consorcio de productores italianos se reconvertirá y comenzará la producción de mascarillas".
Añadió que un reciente decreto del Gobierno proporcionó incentivos por un total de 50 millones de euros para las empresas que se preparen para reconvertir sus plantas y producir mascarillas.
(Información de Elvira Pollina y Giulia Segreti; traducido por Tomás Cobos)