Por Joan Faus
BARCELONA (Reuters) - El líder independentista encarcelado Oriol Junqueras acusó a España de intentar "descabezar" al movimiento secesionista con el juicio sobre el fallido proceso independentista en Cataluña, y añade que todavía es posible que se celebre otro referéndum sobre la independencia.
Junqueras, el ex vice presidente del gobierno catalán que está en prisión preventiva a la espera del fallo judicial sobre su actuación durante el intento de secesión en 2017, respondió a las preguntas de Reuters en la víspera de la manifestación anual a favor de la independencia de este miércoles, en la que se espera una demostración de fuerza y unidad del movimiento independentista.
"Estoy convencido que soy inocente y que no hemos cometido ningún delito", dijo Junqueras, de 50 años, líder de Esquerra Republicana de Catalunya.
"El Estado lo que pretende con esta condena es descabezar a un movimiento pacífico y, cómo no puede detener a 2 millones de ciudadanos, nos encierra a nosotros", dijo en respuestas escritas transmitidas por su equipo jurídico.
Junqueras tiene permiso para utilizar un ordenador sin acceso a Internet.
Es uno de los 12 líderes catalanes - nueve de ellos encarcelados - que se enfrentan a cargos de rebelión, sedición y malversación de fondos públicos para el referéndum de independencia y la declaración de independencia sin efectos que le siguió.
Los fiscales piden sentencias de 7 a 25 años, esta última solo para Junqueras.
Se espera una sentencia del Tribunal Supremo en breve, probablemente en octubre. Las autoridades españolas han dicho en repetidas ocasiones que el juicio fue justo y que respeta el Estado de Derecho.
Como ha ocurrido en las multitudinarias manifestaciones desde 2012, se espera que decenas de miles de independentistas se manifiesten el miércoles en Barcelona en la Diada, el día nacional de Cataluña.
El impulso independentista de Cataluña se produce en un momento decisivo después de la aparición de divisiones internas. Estas fricciones probablemente determinen la dirección y la fuerza de un movimiento que ha eclipsado otras cuestiones de la política española en los últimos años, al desatar en 2017 la mayor crisis política del país en décadas.
Junqueras dijo que no se arrepiente y que cumplió un "mandato democrático" cuando hace dos años los líderes catalanes desafiaron una prohibición judicial al llevar a cabo una consulta secesionista y la declaración unilateral de independencia (DUI) que le siguió.
El referéndum estuvo marcado por las imágenes de la policía utilizando porras contra la multitud que acudía a votar y el mismo día de la DUI el Gobierno conservador del PP retiró temporalmente el autogobierno a la región.
Junqueras dijo que el referéndum sobre la independencia de Escocia en 2014, que fue autorizado por Londres, era su opción preferida como próximo paso para Cataluña.
Preguntado si descartaría actuar unilateralmente de nuevo, dijo: "No podemos descartar ninguna que sea democrática y pacífica". También reiteró que su partido siempre había apoyado y buscado un referéndum de independencia.
Una encuesta publicada en julio por un instituto público catalán mostró que el apoyo a una Cataluña independiente está en su nivel más bajo en dos años, con un 48,3% de personas en contra y un 44% a favor.
La Assemblea Nacional Catalana, la organización ciudadana que convoca la movilización del miércoles, quitó hierro a este descenso pero dijo que la falta de una clara hoja de ruta separatista podría ser el motivo, en un momento en que los partidos independentistas están divididos sobre los próximos pasos a dar.
(Información de Joan Faus; editado por Ingrid Melander y Dan Grebler; traducido por Tomás Cobos en la redacción de Madrid)