(Reuters) - Una autopsia preliminar privada encontró que Michael Brown, el adolescente negro asesinado por un agente de policía en la ciudad de Ferguson, en St. Louis, recibió al menos seis disparos, informó el domingo por la noche el New York Times.
Citando al médico Michael M. Baden, exjefe de medicina forense de la ciudad de Nueva York a quien la familia Brown pidió que practicase una autopsia, el periódico informó de que el joven de 18 años recibió dos disparos en la cabeza y que las balas que le habían alcanzado no parecían haber sido disparadas desde muy cerca.
Cuatro disparos alcanzaron a Brown en su brazo derecho y uno le entró por la parte superior del cráneo, dijo el Times citando los hallazgos de Baden, de quien dijo que había volado a Missouri el domingo a petición de la familia y que renunció a su tarifa habitual en vista de las extraordinarias circunstancias.
Las balas, algunas de las cuales dejaron hasta cinco heridas, no parecían haber sido disparadas desde muy cerca, dijo el Times, ya que no se encontró pólvora en el cuerpo. Esta conclusión podría cambiar sin embargo si se hallan residuos de disparos en las prendas que vestía Brown, añadió el diario
La autopsia se suma a la practicada por las autoridades de Missouri así como a otra que según el Fiscal General, Eric Holder, llevará a cabo el Departamento de Justicia.
Un portavoz de la policía de Ferguson dijo que el departamento no había visto el informe de la autopsia y que no tenía comentarios.
Brown fue tiroteado por el agente de policía blanco Darren Wilson. El departamento de policía del suburbio de St. Louis ha sido objeto de fuertes críticas tanto por el fallecimiento como por la gestión de las repercusiones. Los disturbios se han repetido en la zona durante días, incluyendo las últimas dos noches a pesar del toque de queda a partir de medianoche.
GASES LACRIMÓGENOS
La policía de Ferguson dijo que el domingo se había enfrentado a ataques coordinados, incluyendo disparos y cócteles Molotov, durante las protestas por el fallecimiento de Brown y defendió su uso de gases lacrimógenos para intentar aplacar la violencia.
Cientos de manifestantes huyeron para ponerse a salvo después de que las autoridades disparasen gases lacrimógenos y botes de humo para dispersarlos horas antes del toque de queda previsto para medianoche en el lugar donde falleció el adolescente.
"Se lanzaron cócteles Molotov, hubo disparos, saqueos, vandalismo y otros actos violentos que claramente parecían no haber sido espontáneos", dijo el capitán de la patrulla estatal de carreteras de Missouri, Ron Johnson, en una rueda de prensa por la noche.
Los "actos coordinados" por unos pocos entre la multitud fueron "actos delictivos premeditados diseñados (...) para provocar una respuesta", apuntó Johnson añadiendo que los problemas comenzaron después de que la policía respondiese al tiroteo a un civil alrededor de las 8.25 de la tarde (hora local).
Por otra parte, unas 500 personas protestaron fuera de la sede de la policía de Los Angeles después del fallecimiento de otro joven negro desarmado, Ezell Ford de 25 años, por disparos de la policía en la ciudad.