Por Robin Emmott y Andrew Osborn
BRUSELAS/MOSCÚ, 26 mar (Reuters) - Los aviones militares rusos cargados de ayuda para Italia con el fin de combatir la propagación del coronavirus han puesto de manifiesto la incapacidad de la Unión Europea para proporcionar ayuda rápida a un miembro en crisis y han dado al presidente Vladimir Putin un importante triunfo propagandístico en el país y en el extranjero.
Italia se ha mostrado agradecida con las unidades de descontaminación rusas y el personal médico del ejército enviado en los últimos cuatro días, lo que contrasta con la vacilante respuesta de los Estados de la UE.
Sin embargo, diplomáticos y responsables de la UE y la OTAN consultados consideran que la ayuda no es tanto generosidad como un gesto geopolítico para reivindicar el poderío ruso y extender su influencia.
"Los italianos hicieron una petición general de asistencia y los rusos están enviando médicos militares y equipo militar en aviones militares", dijo un diplomático de alto rango de la UE.
"Es una señal".
Las importaciones de gas ruso ayudan a alimentar las plantas de energía de Italia y Roma ha pedido desde hace tiempo una relajación de las sanciones de la UE impuestas a Moscú por la anexión rusa de Crimea en 2014. Las sanciones se han renovado repetidamente ante el apoyo de Moscú a los separatistas en otras partes de Ucrania.
Roma niega que la ayuda sea una muestra de convergencia de intereses geopolíticos.
"No hay que estar buscando nuevos escenarios geopolíticos, hay un país que necesita ayuda y otros países que nos están ayudando", dijo el jueves el ministro de Asuntos Exteriores Luigi Di Maio en el periódico italiano Il Corriere della Sera.
"No se trata de una Guerra Fría, es una cuestión de realidad, o realpolitik, llámalo como quieras."
"DESDE RUSIA CON AMOR"
Rusia ha realizado al menos 15 vuelos a Italia utilizando aviones de transporte militar con unidades de desinfección en camiones. También ha enviado ocho brigadas médicas y otros 100 efectivos, incluidos algunos de sus especialistas en protección nuclear, biológica y química.
"Francia nos ha dado 2 millones de mascarillas, Alemania nos ha enviado unas decenas de ventiladores. (El primer ministro Guiseppe) Conte solicitó y obtuvo algunos aviones de Rusia que trajeron 180 médicos, enfermeras, ventiladores y mascarillas", dijo el domingo a la RAI el comisionado del Gobierno italiano para la emergencia del coronavirus, Domenico Arcuri.
El Gobierno ruso y su delegación en la OTAN han publicado en sus cuentas de Twitter múltiples videos de camiones camino a Bérgamo, el epicentro de la crisis del coronavirus italiano, mientras que medios estatales rusos mostraron al ministro de relaciones exteriores de Italia dando la bienvenida personalmente al primer avión ruso.
Con la etiqueta "Desde Rusia con amor", los aviones y camiones llevaban pegatinas gigantes que mostraban banderas rusas e italianas en forma de corazón, una al lado de la otra.
En cambio, los envíos aéreos de suministros médicos urgentes de la OTAN a los aliados europeos no han tenido tanta atención mediática. La Unión Europea ha sufrido retrasos en la obtención de mascarillas y otros equipos de protección, mientras los Gobiernos de la UE han cerrado las fronteras entre ellos.
Los ejércitos de la OTAN están trasladando activamente a los pacientes enfermos a los hospitales, entregando camas y repatriando ciudadanos, aunque la OTAN no ha desplegado sus propias unidades de protección biológica.
"Esta es una gran historia de éxito para Putin. Creo que los italianos han caído en una trampa", dijo un alto diplomático de la OTAN, que señaló que Italia está recibiendo ahora más apoyo directamente de la alianza. España también ha solicitado la ayuda directa de la OTAN.
Alexander Baunov, un alto cargo del Centro Carnegie de Moscú, señaló que China y Cuba también estaban enviando ayuda médica a Italia. "Para los países que desean ver el orden mundial existente revisado a su favor, la pandemia es una oportunidad", dijo.
(Información adicional de Luke Baker en Londres; Giselda Vagnoni en Roma; editado por Philippa Fletcher; traducido por Tomás Cobos)