Por Ed Cropley
NAIROBI (Reuters) - Los resultados de las repetidas elecciones presidenciales en Kenia se empezaron a conocer este viernes, con estimaciones iniciales de una participación por debajo del 35 por ciento, un golpe para las esperanzas del presidente Uhuru Kenyatta de conseguir un segundo mandato firme.
Con prácticamente todos los seguidores del líder opositor Raila Odinga secundando su llamamiento a un boicot, la victoria de Kenyatta no se pone en duda.
Resulta menos clara su capacidad para unir a la nación de África oriental, cuyas divisiones étnicas han salido a relucir durante un proceso electoral caótico y sangriento que se ha extendido durante los últimos tres meses y ha pasado por múltiples maniobras judiciales.
Las primeras elecciones, en agosto fueron anuladas judicialmente por irregularidades en el proceso, negando Kenyatta una victoria simple sobre su histórico rival. La participación en esas elecciones fue del 80%.
Si los desafíos legales esperados no logran despejar el camino para salir de la crisis, incluyendo una posible orden de repetir los comicios, el resultado será un estancamiento político prolongado y económicamente perjudicial entre las facciones de Kenyatta y Odinga.
"A menos que los tribunales anulen las elecciones, Kenyatta seguirá adelante sin un mandato firme y Odinga seguirá una estrategia de protesta cuyas posibilidades de éxito, según las circunstancias dadas, no son muy altas", dijo Murithi Mutiga, analista de International Crisis Group.
La votación del jueves transcurrió sin problemas en las zonas afines a Kenyatta, pero se vio empañada por los enfrentamientos entre la policía y los partidarios de la oposición en cuatro condados vinculados a Odinga, donde se impidió la apertura de los centros de votación.