Por Ingrid Melander y Michel Rose
PARÍS (Reuters) - La campaña electoral del candidato presidencial francés Emmanuel Macron dio el domingo un paso adelante, cuando el Partido Socialista eligió a un político del ala más izquierdista y el centroderecha trataba de contener un escándalo sobre pagos falsos.
Miles de asistentes a un mitin dieron una entusiasta bienvenida al candidato conservador François Fillon y a su mujer, Penelope, en una manifestación de apoyo después de que su campaña se viera empañada por acusaciones de malversación de fondos públicos relacionados con un empleo que ella ocupó.
Por su parte, los socialistas eligieron al último de los grandes candidatos para las presidenciales, que se celebrarán en abril y mayo. El aspirante elegido fue el izquierdista Benoit Hamon, una decisión que probablemente aumentará las posibilidades de ganar de Macron, un independiente.
El exbanquero de 39 años ha atraido a grandes multitudes con una agenda que él dice trasciende la clásica separación izquierda-derecha.
Una encuesta publicada el domingo por la noche mostró que Fillon, un ex primer ministro derechista de 62 años, había perdido terreno frente a Macron desde que estalló el escándalo de los empleos falsos.
Aunque el sondeo de Kantar-Sofres para el periódico Le Figaro situó a la líder de extrema derecha Marine Le Pen en primera posición en la primera vuelta de abril, tanto Fillon como Macron fueron dados como ganadores si cualquiera de ellos se enfrentara a Le Pen en la segunda vuelta del 7 de mayo. Macron vencería a Fillon si ambos se enfrentaran entre sí.
"Una segunda vuelta sin François Fillon ya no está descartada", dijo Emmanuel Riviere, de la encuestadora Sofres. "Lo que refuerza el tirón de Emmanuel Macron es sobre todo el Penelopegate".
El semanario satírico Le Canard Enchaine informó el 25 de enero de que Penelope Fillon había recibido miles de euros como ayudante parlamentaria de Fillon y su sucesor, pero que no encontró ninguna prueba de que hubiera hecho ningún trabajo.
Hasta el escándalo, Fillon había sido el claro favorito para ganar las elecciones. Las acusaciones han dañado su imagen de católico devoto y hombre de familia y parecen haber perjudicado una campaña que ha defendido la honestidad y la transparencia.
Fillon ha negado cualquier irregularidad y dice que los empleos de su esposa, que también incluían trabajar para una revista cultural, no eran falsos. Penelope Fillon aún no ha respondido a las acusaciones.
"Trataron de hundirnos, trataron de derribarnos, ¡pero aquí estáis!", dijo un desafiante Fillon a una entusiasta multitud que según responsables del partido superaba las 13.000 personas.
"No tengo miedo de nada; tengo una piel gruesa", dijo Fillon. Con la voz ahogada y lágrimas en los ojos, dijo que su mujer, de origen galés, había estado a su lado "desde el principio, con discreción y dedicación".
FRACTURAS PROFUNDAS
El resultado de las primarias socialistas dejó patentes las profundas fracturas del partido y podría llevarlo a una travesía en el desierto durante los próximos cinco años o incluso a su ruptura, dijeron analistas.
Hamon, a quien los socialistas eligieron como candidato, defiende un programa que incluye la introducción de un "ingreso universal" para todos los ciudadanos a un coste de 350.000 millones de euros, así como un impuesto sobre los robots.
Tras su victoria frente al ex primer ministro Manuel Valls, Hamon hizo un llamamiento a la unión a todas las fuerzas de la izquierda.
Este llamamiento incluía a Jean-Luc Melenchon, un veterano activista de la izquierda radical activo en estas elecciones y que atrae a un grupo sustancial de votantes. Melenchon ha descartado respaldar al candidato socialista, pero si cambia de opinión, aumentaría significativamente las perspectivas del partido.
Las encuestas de opinión han mostrado de forma constante que cualquier candidato socialista pagará el precio de cinco años de un gobierno profundamente impopular del presidente François Hollande y será eliminado en la primera vuelta.