Por Blanca Rodríguez
MADRID (Reuters) - España celebró el miércoles el 39 aniversario de la aprobación en referéndum de su Constitución de 1978 en pleno debate abierto sobre la necesidad de reformar su texto, en uno de los momentos más excepcionales de su democracia por las tensiones independentistas de Cataluña.
Las conmemoraciones de este año estuvieron marcadas precisamente por la crisis política catalana, que llevó a que el Gobierno de Mariano Rajoy aplicara por primera vez el artículo 155 de la Constitución para cesar al Gobierno autonómico, disolver el Parlamento regional y convocar elecciones el 21 de diciembre.
El Congreso de los Diputados acogió el acto central de las celebraciones, con la presencia de miembros del Gobierno, parlamentarios, varios presidentes autonómicos y altas instituciones del Estado, con las ausencias habituales de los representantes de los partidos nacionalistas vascos y catalanes.
Rajoy aprovechó ese escenario para defender la aplicación del artículo 155 tras la aprobación de una declaración de independencia unilateral por parte del Parlamento catalán el 27 de octubre, así como la vigencia y los valores del texto constitucional.
"Es una Constitución como ha quedado demostrado en estas últimas fechas que puede defenderse cuando es objeto de ataques por parte de dirigentes políticos como ha ocurrido este año donde por primera vez en su historia se ha aplicado un artículo plenamente constitucional y plenamente democrático como es el 155", a periodistas en el Congreso.
LÍNEAS ROJAS DEL PP
Rajoy se mostró dispuesto a hablar sobre la reforma constitucional, aunque planteó tres grandes líneas rojas: que se haga con un "consenso muy generalizado", que se aborde con una "idea clara" de lo que hay que revisar y no se ponga en riesgo la soberanía nacional.
"Mi partido ha manifestado su disposición a hablar sobre una reforma de la Constitución, siempre y cuando no tenga como objeto contentar a aquellos que lo que quieren es liquidarla", dijo Rajoy, subrayando que era en la Unión Europea de donde estaba partiendo de forma continua una verdadera reforma de la Constitución.
La Carta Magna de 1978 fue fruto de un consenso excepcional tras unas difíciles negociaciones entre acérrimos adversarios políticos en un momento crucial para la historia de España, que salía de una dictadura de más de tres décadas y que aspiraba a sumarse a las democracias europeas.
Las voces que ahora exigen la puesta al día de la ley fundamental española piden que como mínimo sirva para ajustar el modelo territorial, el funcionamiento del Senado y para modificar la regulación de la sucesión a la Corona, para acabar con la preferencia del varón.
Sin embargo, la actual divergencia de intereses por parte de los partidos políticos pone en cuestión que en esta legislatura se den las circunstancias que permitan un gran pacto nacional al respecto.
Uno de los partidos que más está abogando en los últimos tiempos por reformar la Carta Magna es el PSOE, que considera que su visión más federal del país puede ayudar a que Cataluña encaje mejor en España y se rebajen las tensiones independentistas.
"España necesita forjar nuevos consensos con la actualización de la Constitución", dijo el miércoles el líder socialista, Pedro Sánchez, que defendió que se empiece a trabajar en la actualización del texto para reconocer nuevos derechos y libertades.