La última actualización económica del Banco Mundial ha arrojado luz sobre el profundo impacto que la delincuencia organizada tiene en la economía de Sudáfrica. La delincuencia le cuesta a la nación la friolera de 700.000 millones de rands al año, lo que obstaculiza el crecimiento económico y afecta al bienestar de sus ciudadanos.
En el informe titulado "La seguridad ante todo", publicado hoy, Bénédicte Baduel y su equipo revelan que las actividades delictivas son responsables de restar aproximadamente el 10% del PIB sudafricano. Las pérdidas se producen por hurtos y robos directos, que representan el 3% del PIB, así como por las medidas de seguridad adicionales que las empresas se ven obligadas a adoptar, superando las normas mundiales. Estos gastos, junto con los delitos contra las infraestructuras, hacen que se pierdan oportunidades económicas.
El Banco Mundial subraya la necesidad de que Sudáfrica aborde de frente este problema reforzando la eficacia de los sistemas policial y judicial. También recomienda adoptar estrategias de prevención de la violencia que han dado buenos resultados en otros países. Abordar problemas tan arraigados como la fragmentación social y la elevada desigualdad es crucial para mejorar las recientes tendencias de desarrollo y potenciar las perspectivas económicas futuras.
Según el análisis del Banco Mundial, una reducción de los gastos relacionados con la seguridad podría permitir un impulso del crecimiento de aproximadamente el 1% para Sudáfrica. Esto no sólo mejoraría la trayectoria económica, sino también la calidad de vida de sus ciudadanos. Las recomendaciones formuladas en el informe se consideran pasos vitales para mitigar la delincuencia a largo plazo y liberar todo el potencial económico de Sudáfrica.
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