Por Nick Mulvenney
KAZAN, Rusia (Reuters) - El encuentro del miércoles entre España e Irán en el Grupo B del Mundial debería resolverse con una simple ecuación: ¿Con qué efectividad puede la selección de Fernando Hierro romper la defensa más firme de Asia?
Aunque puede que esto no difiera mucho de los otros partidos en la fase de grupos entre las mejores selecciones del mundo y los países que ocupan posiciones muy inferiores a sus adversarios en la clasificación de la FIFA, el factor decisivo en la ecuación podría ser la figura del entrenador de Irán, Carlos Queiroz.
Queiroz, portugués de 65 años que fue entrenador del Real Madrid y asistente del Manchester United, domina la táctica y cuenta con experiencia en el Mundial: fue seleccionador de Portugal en 2010 y de Irán hace cuatro años en Brasil.
Aunque suele quejarse públicamente sobre la falta de recursos con los que cuenta, Queiroz ha contado con siete años a su favor para trabajar con sus jugadores y mejorar la táctica y organización de su defensa.
Irán no ha encajado ni un solo gol hasta la última de las 10 rondas de clasificación en Asia, y sólo lo hizo cuando su presencia en Rusia ya estaba asegurada. La selección también logró atacar lo suficiente como para ganar seis de esos partidos de clasificación.
En cambio, Hierro ha tenido poco más de una semana para trabajar con los grandes talentos de su equipo, después de que Julen Lopetegui fuera destituido fulminantemente al frente de la selección poco antes de comenzar el Mundial.
Sin embargo España, como muchas grandes selecciones, probablemente se maneje dada la experiencia de sus principales jugadores.
España no pareció descoordinada en ningún momento en el partido 3-3 contra Portugal que abrió el Mundial para ambos equipos, aunque ese resultado signifique que tienen que aumentar su diferencia de goles si quieren clasificarse como líderes de grupo.