Por Gwladys Fouche y Lefteris Karagiannopoulos
HAMAR, Noruega (Reuters) - Jóvenes noruegos, politizados a raíz de la masacre de 77 personas por el militante de extrema derecha Anders Behring Breivik, jugarán un papel clave en las elecciones de la semana que viene de las que podrían depender temas a los que se sienten muy ligados, como el cambio climático.
En 2011, Breivik mató a ocho personas en un ataque bomba en el centro de Oslo y mató a otras 69 en un campamento juvenil del Partido Laborista en el islote de Utoya, en el peor ataque que ha sufrido Noruega desde la II Guerra Mundial.
Estos hechos motivaron a un grupo de jóvenes, la mayoría niños o adolescentes cuando el suceso ocurrió, a participar más en la política -tanto desde la izquierda como desde la derecha- en reacción a esa visión del mundo xenófoba y antimusulmana. Y datos recogidos en 2013 apuntan a una mayor participación de estos jóvenes en las elecciones.
"Me sentí tan impotente ese día... Era una manera de luchar", dijo Anja Ariel Toernes Brekke, de 21 años, que se unió a las juventudes del Partido Laborista unas semanas después de los ataques de Breivik. Ahora es la secretaria general del ala joven del Partido Rojo, de extrema izquierda.
"Quería demostrar que la izquierda no se había debilitado, que había gente con convicciones para reemplazar a los que murieron", dijo a Reuters.
Su partido podría ser una de las formaciones clave en las elecciones parlamentarias del lunes, en las que el bloque derechista de la conservadora primera ministra, Erna Solberg, está empatado en las encuestas de opinión con la agrupación opositora de Jonas Gahr Stoere, del Partido Laborista.
Los jóvenes votantes suelen preocuparse más que el noruego medio sobre temas como la educación, el cambio climático y el medio ambiente, especialmente ligado a la producción noruega de crudo y gas, según analistas.