MADRID (Reuters) - La infanta Cristina volvió el martes a sentarse como acusada ante un tribunal de Palma de Mallorca, en el inicio del juicio oral por un caso que se centra en los negocios de su marido, Iñaki Urdangarin, que ha dañado la imagen de la familia real.
La hermana mayor del rey Felipe VI fue el primer miembro de la casa real española en sentarse en el banquillo de los acusados en una audiencia preliminar en enero, y ahora se enfrenta a un juicio oral por dos cargos como supuesta cooperadora necesaria en fraude fiscal tras el rechazo de la apelación de sus abogados.
Cristina será la última de los 17 acusados en el caso Nóos que testificará en el tribunal de Palma, previsiblemente a finales de febrero.
Todos los acusados, incluido Urdangarin, deben estar presentes durante las declaraciones, lo que implica que la pareja estará expuesta a los medios durante semanas en un momento en el que la monarquía trata de trazar una línea de contención frente a los recientes escándalos familiares.
Cristina y su marido llegaron el martes juntos en un coche con los cristales traseros tintados conducido por un chofer, y posteriormente se dirigieron al tribunal mallorquín.
La pareja, que tiene cuatro hijos, niega haber cometido delitos. Los cargos por los que se acusa a Cristina conllevan penas de hasta ocho años de cárcel.
Urdangarin está acusado de nueve delitos, entre ellos fraude fiscal, que podrían alcanzar hasta 19 años y medio de cárcel. El juicio se centra en los negocios del Instituto Nóos que dirigía. La sociedad fue usada para desviar millones de euros en fondos públicos, según los fiscales.
El rey Felipe, que ha restaurado gran parte de la popularidad de la monarquía con un estilo más austero, también centra la atención por su papel como intermediario entre los partidos políticos tras las elecciones de diciembre, que dejaron un Parlamento fragmentado y con difíciles perspectivas para formar gobierno.
Por el momento el rey ha apartado a Cristina de la Familia Real dentro de una reducción de la misma. Cristina también ha sido despojada de su título de duquesa de Palma, aunque aún no ha renunciado a su derecho de sucesión al trono, donde ocupa la séptima posición.