Por Linda Sieg
TOKIO (Reuters) - El primer ministro japonés Shinzo Abe ha realizado algunos cambios duraderos para reforzar el poder de la oficina del primer ministro, pero su longevidad política se debe principalmente a sus fuertes aliados, unos enemigos débiles y buena suerte, una combinación de difícil emulación para sus sucesores.
Abe, de 63 años, está en medio de lo que podría ser la peor crisis política desde su regreso a la presidencia en diciembre de 2012, mientras surgen dudas sobre el presunto nepotismo en una operación inmobiliaria con un gestor de escuelas vinculado a su esposa, Akie.
El primer ministro ha negado que él o su esposa hayan intervenido en la venta. Pero el asunto podría sacudir las esperanzas de Abe de un tercer mandato de tres años como presidente del Partido Liberal Democrático (PLD) a partir de septiembre, lo que provocaría un cambio de liderazgo antes de lo esperado.
Entre las reformas que Abe hizo está el lanzamiento en 2014 de una oficina del gabinete que le dio a él y a su consejero Yoshihide Suga, secretario jefe del gabinete, Yoshihide Suga, la autoridad para nombrar cientos de altos cargos, estrechando su control sobre la burocracia.
Se trató de un movimiento más en las últimas dos décadas para centralizar el poder en el "Kantei", como se conoce a la oficina del primer ministro.
"Abe es la culminación de unos cambios que comenzaron anteriormente y que dejaron claro donde recae el mando", dijo Gerry Curtis, profesor emérito de la Universidad de Columbia en Nueva York. "Después de Abe, el funcionamiento de las instituciones depende del individuo".
Abe y Suga han hecho un uso hábil de su mayor influencia. Incluso antes de que se adoptara el nuevo sistema, por ejemplo, Abe nombró a un exdiplomático que simpatizaba con su impulso de relajar los límites de la constitución pacifista en materia militar para un puesto a cargo de la interpretación de esa parte de la carta magna.
Abe ha reunido un estrecho círculo interno de consejeros, muchos de los cuales han aprendido de los errores de su primer y problemático mandato entre 2006 y 2007. Ese mandato terminó cuando Abe renunció abruptamente ante los escándalos en su gabinete, el desacuerdo en el parlamento y mala salud.
"Es un grupo interno de amigos de confianza que dirige un barco muy estable", dijo Jesper Koll, jefe del fondo de renta variable WisdomTree Japan. "De una manera muy poco japonesa, no tiene miedo de ejercer el poder y hacer uso del marco institucional".
ZANAHORIAS Y PALOS
Abe también se ha beneficiado de una oposición fragmentada y de los recuerdos de los votantes del mandato inestable de su rival, el Partido Democrático de Japón, que desde entonces se ha descompuesto en tres partidos más pequeños. Él ha llevado a su bloque gobernante a tres grandes victorias en las elecciones en la cámara baja, ayudado por una fragmentación de los votos de la oposición y un bajo número de votantes.
Su receta de "Abenomics" para el crecimiento, que incluye una política monetaria y un gasto fiscal hiperlaxos, le ha dado a Japón su período de expansión más prolongado desde la década de 1980, un hecho que no olvidan los votantes, aunque el consumo podría perder impulso y el crecimiento salarial es débil.
La voluntad de Abe de arriesgarse a unas elecciones anticipadas -dos en los últimos cuatro años- ha ayudado a mantener alineados a los legisladores del PLD, al obligarles a centrarse en la reelección en lugar de desafiarle, al tiempo que ha recompensado a sus electores con gasto en obra pública.
"El primer ministro Abe ha sido muy bueno... tanto con zanahorias como con palos", dijo Yu Uchiyama, profesor de la Universidad de Tokio.
Sin embargo, algunas de sus estrategias, como intentar atenuar las críticas de los medios limitando el acceso a la información, pueden estar resultando contraproducentes.
Además, los rivales dentro del PLD también se están volviendo más combativos y algunos se manifiestan sobre el presunto escándalo de nepotismo.
"Abe declaró la guerra a los medios y los medios ahora se están cobrando su venganza", dijo Jeffrey Kingston, director de Estudios Asiáticos en el campus de la Universidad Temple de Japón. El medio que se considera más contrario al conservador Abe, el periódico Asahi (T:2502), fue el primero en afirmar que el Ministerio de Finanzas había alterado documentos sobre el acuerdo inmobiliario.
MINISTERIO DE FINANZAS
Posibles sucesores, como el exministro de Asuntos Exteriores, Fumio Kishida, y el exministro de Defensa, Shigeru Ishiba, podrían no tener las herramientas adecuadas para tirar de las palancas del poder del Kantei con la misma habilidad que el equipo de Abe, dijeron los analistas.
Esto preocupa a algunos expertos, que temen que Japón pueda volver a ver a un cambio constante de primeros ministros como en el pasado.
Japón tuvo cinco primeros ministros en los cinco años anteriores al regreso de Abe para un segundo mandato y nueve años entre 1989 y 2001, antes de que Junichiro Koizumi liderara un mandato de cinco años.
"Si Abe tiene que marcharse ahora, yo diría que el siguiente primer ministro durará menos de dos años, dijo Koll de WisdomTree Japan. "Abe es un primer ministro activo. Cualquiera que venga después será uno pasivo".