Por Michael Holden y Kate Holton
LONDRES, 3 jun (Reuters) -La reina Isabel, una amante de los caballos, recibió el viernes el agradecimiento por haber ocupado durante 70 años "la montura" de jefa de Estado, durante un servicio para celebrar su Jubileo de Platino, el que se perdió por sus recurrentes problemas de movilidad.
Otros miembros de la familia real se unieron a políticos, patrones de grupos de caridad y de organizaciones que la reina ha apoyado en el Servicio Nacional de Acción de Gracias en la Catedral de San Pablo de Londres, para rendir homenaje a su reinado.
Los cuatro días de celebraciones comenzaron el jueves, cuando una radiante Isabel saludó a la multitud desde el balcón del Palacio de Buckingham tras un desfile militar y un sobrevuelo de la Real Fuerza Aérea, y más tarde encabezó el encendido del Faro Principal del Jubileo de Platino en su casa del Castillo de Windsor.
La monarca de 96 años, que se ha visto obligada a cancelar una serie de compromisos recientemente debido a un "problema episódico de movilidad", se excusó de participar del servicio del viernes tras experimentar "algunas molestias" el día anterior.
Isabel, que es una cristiana devota y también la jefa de la Iglesia de Inglaterra, vio el servicio por televisión en su residencia del castillo de Windsor, cerca de Londres.
Su hijo y heredero, el príncipe Carlos, de 73 años, la representó, mientras que gran parte de la atención se centró en su nieto el príncipe Enrique y su esposa Meghan, que hacían su primera aparición pública juntos en Reino Unido desde que abandonaron sus funciones reales hace dos años.
La pareja se trasladó a Estados Unidos para llevar una vida más independiente, y desde entonces ha lanzado algunos ataques contra el Palacio de Buckingham y la familia real. A su llegada fueron recibidos con vítores y algunos abucheos.
RESISTENCIA
El arzobispo de York, Stephen Cottrell, destacó la conocida afición de la reina por las carreras de caballos y en su sermón dijo que su reinado refleja la distancia del Grand National, la famosa y agotadora carrera de obstáculos, más que la rápida y corta competencia del Derby de Epsom.
"Pero con la resistencia a través de los tiempos de cambio y desafío, la alegría y la tristeza, usted continúa ofreciéndose al servicio de nuestro país y de la Mancomunidad", refirió.
"Su Majestad, sentimos que no esté aquí con nosotros esta mañana, pero nos alegramos de que siga en la montura. Y nos alegramos de que aún haya más por venir. Así que gracias por mantener el rumbo".
También estuvo ausente en el servicio del viernes su segundo hijo, el príncipe Andrés, de 62 años, que ha dado positivo en la prueba del COVID-19.
La reputación de Andrés está destrozada desde que en febrero llegó a un acuerdo en el marco de una demanda en Estados Unidos en la que se le acusaba de haber abusado sexualmente de una mujer cuando ella era menor de edad, algo que él negó.
El primer ministro Boris Johnson fue recibido con una mezcla de abucheos y vítores por la multitud fuera de la catedral, lo que refleja el reciente enfado público por su conducta en el cargo.
Tras el servicio, se celebró una recepción en el Guildhall, ofrecida por el alcalde de la ciudad de Londres, a la que asistieron algunos miembros de la realeza y políticos.
El jueves no sólo marcó el inicio del Jubileo, sino también el aniversario 69 de la coronación de Isabel, que se convirtió en reina a la muerte de su padre Jorge VI en febrero de 1952 y es jefa de Estado de otros 14 países, entre ellos Australia, Canadá y Nueva Zelanda.
Lleva más tiempo en el trono que cualquiera de sus predecesores en 1.000 años, y es la tercera monarca que más tiempo ha reinado en un Estado soberano. Los sondeos de opinión muestran que sigue siendo muy popular y respetada por los británicos.
El líder norcoreano, Kim Jong Un, se sumó a las felicitaciones del presidente estadounidense, Joe Biden, el presidente francés, Emmanuel Macron, y el papa Francisco.
(Reporte de Michael Holden y Kate Holton en Londres, traducción de Flora Gómez y Ricardo Figueroa)