Por Amanda Becker y Richard Cowan
WASHINGTON (Reuters) - Las tensiones entre los republicanos sobre Donald Trump aumentaron el martes, después de que dos senadores acusaran al presidente de degradar la política estadounidense y la posición del país en el exterior, una rebelión que podría augurar problemas para su agenda legislativa.
La extraordinaria crítica pública contra el presidente de parte de Jeff Flake y Bob Corker tensó aún más lo que ha sido una complicada relación entre Trump y los republicanos en momentos en que buscan promulgar una reforma fiscal y otras medidas.
En un discurso en el senado, Flake reiteradamente apuntó contra el estilo de gobernar de Trump, diciendo que la política del país se había "habituado" al comportamiento "imprudente, vergonzoso e indigno" de la Casa Blanca.
"El instinto de chivo expiatorio y de desprecio amenazan con volvernos en personas temerosas y retrógradas", aseguró el legislador por Arizona, que anunció además que no se presentaría a la reelección el próximo año.
Trump, a través de la red social Twitter, había sido implacable en su crítica contra Corker y Flake, acusándolos de respaldar las prioridades demócratas.
Corker, quien dijo que tampoco se presentará a la reelección, aseguró antes que Trump era un mentiroso que ha denigrado la posición del país en el mundo, criticando al presidente con comentarios que profundizaron las divisiones en el Partido Republicano.
La portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, desestimó los comentarios de los dos senadores y aseguró que Trump quiere legisladores que avancen en su agenda.
El presidente busca construir un consenso sobre las propuestas de recortes de impuestos. Los republicanos controlan ambas cámaras del Congreso, pero tienen una mayoría de 52-48 en el Senado.
Asegurar la aprobación del plan fiscal es importante para Trump, quien no ha asegurado aún una victoria significativa en el Congreso desde que asumió su cargo en enero.