Por Marianna Parraga y Ernest Scheyder
HOUSTON (Reuters) - Las inundaciones causadas por la tormenta tropical Harvey, que ha dejado al menos siete muertos en Texas y llevaría a decenas de miles de personas a dejar sus casas, probablemente subirán de nivel, dijeron el lunes las autoridades, mientras las lluvias sigen azotando la costa estadounidense del Golfo de México.
Efectivos de la Guardia Nacional, policías, socorristas y civiles se movilizaban en helicópteros, botes y camiones acondicionados especialmente para inundaciones para rescatar a cientos de personas que se cree siguen atrapadas en Houston, la cuarta ciudad más grande de Estados Unidos.
La tormenta se convirtió en la más poderosa que ha azotado a Texas en más de 50 años al tocar tierra el viernes cerca de Corpus Christi, 354 kilómetros al sur de Houston. No parece que haya pasado lo peor, ya que el Servicio Meteorológico Nacional emitió numerosas alertas regionales sobre inundaciones.
El presidente estadounidense, Donald Trump, planea viajar el martes a Texas para evaluar los daños y posteriormente visitará Luisiana, donde la tormenta también está descargando lluvias.
Trump, que enfrenta el mayor desastre natural en Estados Unidos desde que asumió el cargo en enero, aprobó declaraciones de desastre para Texas y Luisiana, lo que dio paso a esfuerzos federales de asistencia.
Harvey dejó al menos seis muertos en el condado de Harris, donde se encuentra Houston, dijo Tricia Bentley, una portavoz de la oficina del forense del condado, incluyendo un hombre que falleció en un incendio el viernes por la noche y una anciana que conducía el sábado por las calles del lado oeste de la ciudad.
Una mujer de 60 años murió en el vecino condado de Montgomery cuando un árbol cayó sobre su casa de remolque mientras dormía, dijo el médico forense en Twitter. En momentos en que otras personas se encuentran desaparecidas, la cifra de víctimas fatales podría aumentar.
Los dos aeropuertos principales de Houston fueron cerrados, junto con la mayoría de las carreteras, líneas ferroviarias y un hospital, donde los pacientes fueron evacuados el fin de semana. Para el lunes por la noche, 267.000 tejanos se encontraban sin electricidad en el extremo sureste del estado.
El nivel del río Brazos, uno de los tres principales cursos fluviales que atraviesan Houston, se elevaría el martes a 18 metros, dijo el Servicio Meteorológico Nacional. El río San Jacinto podría desbordarse sobre la Interestatal 10, la principal arteria este-oeste de la ciudad.
Un aumento en los niveles de los ríos y los embalses llevó a que se ordenaran evacuaciones adicionales en los condados de Brazoria, Galveston y Fort Bend.
Mientras las familias revisaban atónitas los restos de sus casas destruidas a lo largo de la costa de Texas en el Golfo de México, donde los caminos que no resultaron inundados estaban cubiertos de escombros, el gobernador del estado, Greg Abbott, advirtió a los residentes de Houston que se preparen para un largo período de recuperación.
"Necesitamos reconocer que esta será una situación normal nueva y diferente para toda la región", declaró Abbot.
Meteorólogos esperan que Harvey permanezca sobre la costa del Golfo de México en Texas durante los próximos días, precipitando entre 25 a 51 centímetros adicionales de lluvia, por lo que la amenaza de inundaciones se extendió al vecino estado de Luisiana.
En escenas que recordaron la devastación provocada por el huracán Katrina en Nueva Orleans en el 2005, equipos de la policía y la Guardia Costera han rescatado a más de 3.000 personas hasta el momento, muchas desde los tejados de sus viviendas gracias a la ayuda de helicópteros.
El centro de Harvey estaba a unos 160 kilómetros al sur de Houston y el pronóstico es que gire lentamente hacia la ciudad para el miércoles y que las peores inundaciones se produzcan entre ese día y el jueves.
En el área metropolitana, donde viven cerca de 6,8 millones de personas, las escuelas, aeropuertos y oficinas estaban cerradas. Las numerosas refinerías que se ubican en el área, el centro petroquímico y de refino de la nación, detuvieron sus operaciones.
Regina Costilla, de 48 años, dijo que fue rescatada junto a su hijo de 16 años desde su casa por un hombre en un bote. "No me quejo, estamos vivos", dijo Costilla tras reencontrarse con su esposo y su perro. "Cuando vi los pronósticos de la tormenta, me dije que estaría feliz si salíamos vivos".
La refinería Baytown de Exxon Mobil (NYSE:XOM), la segunda más grande de Estados Unidos, paralizó su actividad. La mayor refinería del país, ubicada en Port Arthur, tomará el martes una decisión final sobre una paralización.