Por Francesco Guarascio
BRUSELAS (Reuters) - El Banco Europeo de Inversión, la institución financiera de la UE, mantendrá el objetivo de invertir alrededor de 20.000 millones de dólares al año para luchar contra el cambio climático en los próximos cinco años, dijo el martes, enviando una advertencia a los escépticos sobre el clima.
La inversión para el clima ya es alrededor de un cuarto de los préstamos totales del BEI. El banco prestó el año pasado 83.800 millones de euros, de los que 19.000 millones fueron a proyectos para contrarrestar el cambio climático.
"Nosotros, los europeos, debemos liderar el mundo libre contra los escépticos contra el clima", dijo el presidente del BEI, Werner Hoyer, en una conferencia de prensa en Bruselas.
Aunque no mencionó a Donald Trump directamente, el nuevo presidente de Estados Unidos ha prometido reforzar los sectores de petróleo, gas y carbón de su país, en parte deshaciendo normativas federales para frenar las emisiones de dióxido de carbono. También ha sugerido retirarse de un acuerdo global sobre el clima firmado en París en 2015, calificándolo de caro para la industria estadounidense.
Las temperaturas mundiales alcanzaron un máximo récord por tercer año consecutivo en 2016, dijo la Organización Meteorológica Mundial la pasada semana.
Hoyer dijo que el banco mantendría sus ambiciosos objetivos contra el calentamiento global. "Tenemos como objetivo suministrar 100.000 millones de dólares para la acción climática en los próximos cinco años, la mayor contribución de una única institución multilateral", dijo.
La decisión británica de abandonar la UE preocupa al BEI, ya que es uno de los cuatro principales accionistas del banco con alrededor del 16 por ciento de sus acciones.
Sólo los estados miembros de la UE pueden ser accionistas del BEI. Hoyer dijo que el impacto del Brexit en el banco "es completamente confuso", pero no descartó la posibilidad de cambiar las normas para permitir que Reino unido siga siendo accionistas incluso tras el Brexit - una opción que necesitaría la aprobación de Londres y las otras 27 capitales europeas.