Por Robin Emmott
BRUSELAS, 25 mar (Reuters) - Los dirigentes de la Unión Europea están dispuestos a cumplir el jueves su promesa de 2016 de estrechar los lazos comerciales con Turquía, pero también advertirán a Ankara de que puede recibir sanciones si reanuda las prospecciones de hidrocarburos en el Mediterráneo oriental.
"Pedimos a Turquía que se abstenga de realizar nuevas provocaciones o acciones unilaterales que violen el derecho internacional", dirán los líderes de la UE, según el último borrador de una declaración final de la cumbre visto por Reuters.
Con el objetivo de recompensar al presidente turco Tayyip Erdogan por retirarse de la confrontación sobre la exploración de gas, los mandatarios de la UE iniciarán los preparativos para una unión aduanera más profunda con Ankara, según el borrador del comunicado.
Los dirigentes de la UE, reunidos por videoconferencia, dirán que sus expertos pueden "trabajar en un mandato para la modernización de la unión aduanera", según el proyecto de comunicado, lo que permitiría ampliar el acuerdo comercial de la época de 1990 a los servicios, los productos agrícolas y la contratación pública.
La ampliación de la unión aduanera permitiría a Turquía, candidata a la adhesión a la UE, integrarse plenamente en el mercado interior del mayor bloque comercial del mundo, permitiendo que casi todos los bienes y servicios fluyan sin obstáculos y aumentando su tamaño en 80 millones de consumidores turcos.
El plan se remonta a 2016, cuando Turquía aceptó acoger a los sirios que huían de la guerra civil, pero un cúmulo de desacuerdos entre Ankara y Bruselas sobre los derechos humanos, los hidrocarburos y el estancamiento de la candidatura de Turquía a la UE hicieron que los Estados de la UE retrocedieran.
Las negociaciones podrían tardar aún varios años en completarse y a la UE le preocupa que Erdogan pueda cambiar de rumbo en su búsqueda de un mayor papel regional para Turquía, en contra de la UE.
La UE amenazará con "utilizar los instrumentos y opciones a su disposición para defender sus intereses", según el borrador de la declaración, en referencia a la prohibición de viajar y la congelación de activos de personas, así como a las sanciones a sectores importantes de la economía como la energía y el turismo.
Ankara acusó el miércoles a Bruselas de "ganar tiempo" y rechaza las conversaciones sobre las sanciones por considerarlas inútiles y una distracción entre los dos socios comerciales.
Sin embargo, diplomáticos de la UE dicen que hay motivos para la cautela.
El pasado fin de semana, Erdogan retiró bruscamente a Turquía de una
convenio que protege a las mujeres de la violencia, una medida que, según Estados Unidos y la UE, supone un nuevo retroceso en materia de derechos humanos en Turquía. También sumió a los mercados en la confusión al destituir a un gobernador del banco central admirado por los inversores occidentales.
(Información de Robin Emmott, editado por William Maclean, traducido por Tomás Cobos)