Por Ben Blanchard y Robin Emmott
PEKÍN/BRUSELAS, 14 nov (Reuters) - La Unión Europea está discutiendo el envío de una delegación diplomática a la lejana región occidental china de Xinjiang, donde Pekín ha sido acusado de oprimir a la etnia uigur, siendo poco probable que el viaje tenga lugar a menos que se cumplan ciertas condiciones, dijeron los diplomáticos.
China invitó a los diplomáticos en marzo, lo que la UE rechazó en su momento diciendo que tal viaje necesitaba de una "cuidadosa preparación".
En aquel momento los diplomáticos dijeron que China había establecido condiciones poco razonables, tales como negarse a autorizar una reunión con el líder del Partido Comunista en Xinjiang, Chen Quanguo, así como que la delegación no podría discutir cuestiones de derechos humanos.
Sin embargo, se han reanudado las conversaciones sobre otra posible visita de los embajadores a Xinjiang, región con una alta presencia de población musulmana, donde China dice que debe hacer frente a la amenaza de extremistas islamistas y separatistas.
"Se está debatiendo una futura visita que tenga en cuenta las expectativas de la UE", dijo una portavoz de la UE.
El Ministerio de Asuntos Exteriores chino dijo a Reuters que China "da la bienvenida a todos los amigos que mantengan una perspectiva objetiva y carezcan de prejuicios, incluidos los embajadores de la UE en China, para que vayan a Xinjiang y echen un vistazo, estando dispuesta a mantener el diálogo con la parte europea sobre los acuerdos pertinentes".
Sin embargo, seis fuentes diplomáticas con conocimiento de las conversaciones dijeron a Reuters que es improbable que se produzca un viaje de estas características, debido principalmente a los temores de que China lo utilice en apoyo de su relato de que no está ocurriendo nada contrario a la razón en la región, así como a la probabilidad de que la delegación no obtenga la autorización sin restricciones que desea.
"Tenemos muy poco que ganar en todo esto", dijo una de las fuentes, la cual, al igual que las demás, habló con la condición de que se respetara su anonimato.
Una segunda fuente dijo que la idea del viaje causa malestar por la posibilidad de que China publique fotos de la visita en los medios de comunicación estatales para tratar de retratar a los miembros de la delegación como partidarios de las políticas chinas en Xinjiang.
"Es muy poco probable una visita. China la usaría con fines propagandísticos", dijo la fuente.
La UE sigue buscando una reunión con Chen, el jefe del partido en Xinjiang, dijeron las fuentes.
Los expertos de las Naciones Unidas y los grupos de activistas dicen que al menos un millón de uigures y miembros de otras minorías, en su mayoría musulmanes, han sido detenidos en campos de la región de Xinjiang.
Decenas de países encabezados por Estados Unidos han condenado estas detenciones, calificándolos de "horrenda campaña de opresión".
Pekín niega cualquier maltrato a los uigures u otros grupos étnicos en Xinjiang, diciendo que está proporcionando formación profesional para ayudar a erradicar el extremismo y el separatismo islámico, facilitando además nuevas habilidades laborales. Cientos de personas han muerto en disturbios producidos en Xinjiang en los últimos años.
Desde finales del año pasado, China ha empezado a organizar viajes minuciosamente planificados para diplomáticos y reporteros a Xinjiang y a lo que China llama los centros de formación. Un periodista de Reuters pudo visitarlos en un viaje organizado por el Gobierno chino en enero.
Algunos representantes de la UE ya han visitado Xinjiang este año, entre ellos un pequeño grupo de diplomáticos y enviados de la UE de Grecia y Hungría. La mayoría de los demás diplomáticos que han visitado la región proceden de países con estrechos vínculos con China, como Pakistán y Rusia.
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China recibió un varapalo simbólico de Europa el mes pasado cuando el Parlamento Europeo otorgó su premio anual a la defensa de los derechos humanos al profesor de economía de la etnia uigur encarcelado Ilham Tohti. China respondió llamándolo criminal y terrorista.
(Información de Ben Blanchard y Robin Emmott; Editado por Raju Gopalakrishnan; Traducido por Darío Fernández en la redacción de Gdansk)