KABUL (Reuters) - Las fuerzas especiales afganas liberaron a 59 prisioneros de una cárcel talibán en Helmand, dijeron oficiales el sábado, mientras las tropas gubernamentales redoblan sus esfuerzos por combatir a los insurgentes que han conquistado gran parte de la volátil provincia del sur.
Los militantes islamistas han lanzado una serie de ataques en la capital, Kabul, en las últimas semanas y se está produciendo una fuerte lucha en los distritos claves del sur, justo mientras se hacen intentos para reavivar el estancado proceso de paz.
El portavoz del ministro de defensa afgano Dawlat Waziri dijo que 37 de los cautivos liberados de la cárcel, que estaba justo al norte de la capital provincial de Helmand, Lashkar Gah, eran soldados. Otros siete eran policías y el resto civiles.
La operación para liberar a los prisioneros prosigue a meses de batallas en las que los talibanes han conquistados varios centros de distritos en Helmand, un importante centro de cultivo de opio y uno de sus bastiones tradicionales.
Waziri rechazó las sugerencias de que Helmand podría caer en manos de los talibanes en su totalidad pero dijo que las fuerzas del gobierno habían encarado una seria batalla contra insurgentes que habían ganado fuerza desde que las tropas extranjeras terminaron la mayoría de las operaciones de combate hace un año.
"Tenemos que aceptar que hay una pelea ocurriendo en Afganistán", dijo a la prensa en Kabul.
La operación de Helmand se desarrolló a última hora del viernes por la noche, al igual que un atacante talibán con bomba se suicidó en un restaurante francés popular entre los extranjeros y los oficiales del Gobierno en Kabul, matando a dos personas e hiriendo a 18.
Los talibanes declararon en un comunicado que "decenas de extranjeros" habían sido heridos o asesinados, aunque el grupo islamista a menudo exagera las cifras de víctimas en los ataques a objetivos extranjeros o gubernamentales.
Ese ataque, y una batalla que se prolongó durante toda la noche en la embajada española en Kabul el mes pasado, muestra la estrategia de los talibanes de buscar objetivos de alto nivel en la capital mientras al mismo tiempo intensifica su campaña para apoderarse de los centros de distrito en provincias como Helmand.
También es un claro recordatorio de las dificultades que enfrentan las autoridades afganas en sus intentos de revivir el estancado proceso de paz, que se rompió en julio.
Funcionarios de Afganistán, Pakistán, Estados Unidos y China se reunirán en Islamabad el 11 de enero para discutir la forma de sentar las bases para posibles conversaciones con los talibanes.
El movimiento insurgente dice que no está interesado en nuevas conversaciones, siempre y cuando las tropas extranjeras permanezcan en Afganistán.