Por Alister Doyle
OSLO (Reuters) - Las pruebas sobre la huella de los humanos en el calentamiento global han alcanzado un nivel de certeza "estándar de oro", lo que suma presión para recortar las emisiones de gases de efecto invernadero para limitar el aumento de las temperaturas, dijeron científicos el lunes.
"La humanidad no puede darse el lujo de ignorar señales tan claras", escribió el equipo liderado por Estados Unidos en la revista Nature Climate Change sobre las mediciones satelitales del aumento de la temperatura en los últimos 40 años.
Los científicos dijeron que la confianza en que las actividades humanas elevan el calor en la superficie de la Tierra había alcanzado un nivel de "cinco sigma", un indicador estadístico que significa que solo hay una posibilidad en un millón de que la señal aparezca si no hubiera calentamiento.
Este "estándar de oro" se aplicó en 2012, por ejemplo, para confirmar el descubrimiento de la partícula subatómica del bosón de Higgs, un componente básico del universo.
Benjamin Santer, autor principal del estudio, dijo que espera que los hallazgos estimulen la acción. "La narrativa de que los científicos no saben la causa del cambio climático está mal", dijo a Reuters. "La conocemos".
Los principales científicos dicen que la quema de combustibles fósiles está causando más inundaciones, sequías, olas de calor y el aumento del nivel del mar.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a menudo ha puesto en duda el calentamiento global y planea retirarse del acuerdo climático de París de 197 naciones que busca terminar con la era de los combustibles fósiles en este siglo cambiando a energías más limpias como la eólica y la solar.
El 62 por ciento de los estadounidenses encuestados en 2018 creían que el cambio climático tiene una causa humana, frente a un 47 por ciento en 2013, según el Programa de Yale sobre la Comunicación del Cambio Climático.
Los hallazgos, realizados por investigadores en Estados Unidos, Canadá y Escocia, muestran que la evidencia del calentamiento global alcanzó el nivel sigma cinco para 2005 en dos de los tres conjuntos de datos satelitales ampliamente utilizados por los investigadores, y en 2016 llegó al tercero.
(Editado en español por Javier Leira)