Moscú, 28 sep (EFE).- El tramo norcoreano del gasoducto que Rusia tenderá en la península coreana costará 2.500 millones de dólares, pronosticó hoy Lee Chang Seon, director general de la corporación gasístico surcoreana Kogas.
El directivo surcoreano explicó que si se elige la ruta más corta el gasoducto tendrían 1.100 kilómetros de largo, de los que 700 transcurrirían por territorio norcoreano, según las agencias rusas.
Lee expresó su preocupación por los problemas de financiación del proyecto, aunque reconoció que los beneficios económicos de la infraestructura superan cualquier riesgo político.
"El dinero fácil que puede ganar con el tránsito hará que Corea del Norte se comporte de una manera más civilizada", comentó durante una conferencia energética en la isla de Sajalín (océano Pacífico).
El consorcio gasístico Gazprom ha abierto negociaciones con Corea del Norte para el tendido del gasoducto, proyecto que fue acordado a finales de agosto por los líderes de ambos países.
Este asunto fue tratado en agosto por el presidente ruso, Dmitri Medvédev, y el líder norcoreano, Kim Jong-il, quien visitó este país por primera vez en una década.
Entonces, Medvédev encomendó a Gazprom que dé prioridad a este proyecto, que Rusia espera que sirva de incentivo político y económico para que Corea del Norte rompa su aislamiento y reanude las negociaciones sobre su programa nuclear.
El gasoducto intercoreano, que sería un ramal del conducto que en Rusia une Jabárovsk con Vladivostok y la isla de Sajalín, transportaría unos 10.000 millones de metros cúbicos de gas.
Este proyecto permitiría a Corea del Norte ingresar más de 100 millones de dólares anuales por el tránsito del carburante y disponer de tarifas preferenciales para sus propias importaciones.
Gazprom y Kogas suscribieron un acuerdo de cooperación gasística en 2009, pero para su realización necesitan el beneplácito de Corea del Norte, adonde viajó en junio pasado una delegación del consorcio ruso.
Occidente ya ha ofrecido en otras ocasiones a Pyongyang incentivos energéticos para que renuncie a sus ambiciones nucleares, pero éste, pese a aceptar, siguió desarrollando en secreto su programa nuclear.
Así ocurrió tras los acuerdos alcanzados en 1994, que contemplaban el desmantelamiento del programa nuclear norcoreano a cambio de la instalación de reactores atómicos para uso civil, y en 2007, que incluía el envío de combustible. EFE