BARCELONA/MADRID (Reuters) - Cientos de miles de personas llenaron el domingo las calles de Cataluña para pedir la ruptura con España, en manifestaciones con motivo del Día Nacional de Cataluña, la Diada, que se produjeron en medio de una creciente tensión entre el gobierno central de Madrid y el regional catalán.
En un ambiente festivo, los asistentes agitaban banderas catalanas independentistas -las denominadas "esteladas"- en unas movilizaciones con el lema "a punt" (a punto, en referencia al momento del proceso de independencia) en cinco localidades de Cataluña incluida la capital regional Barcelona.
"Creo que el año que viene vamos a ser independientes", dijo la concentración barcelonesa Montse Pedra, una logopeda de 39 años. "No me importa (si hay de nuevo elecciones generales en España). Ahora no me representan nada".
Esta Diada se celebra en un momento de incertidumbre sobre la gobernabilidad en el conjunto de España, tras unas segundas elecciones en seis meses que ganó sin mayoría absoluta el conservador PP sin que se vislumbre ninguna opción clara de gobierno que permita evitar una nueva cita en las urnas.
Se trata además del primer año en que un presidente del "Govern", Carles Puigdemont, participa en las manifestaciones de la Diada, que en los últimos años se han convertido en una plataforma multitudinaria para las reivindicaciones soberanistas respecto a España.
Puigdemont señaló en unas declaraciones previas a las manifestaciones del domingo que aprovechará una moción de confianza a la que se someterá el 28 de septiembre para plantear a Madrid la necesidad de un referéndum sobre la independencia, una posibilidad que ha rechazado reiteradamente el Gobierno central de Mariano Rajoy.
"Insistiré una vez mas que este es un proceso que debe ser acordado con el gobierno español", dijo Puigdemont.
"(La moción será) una ocasión para ratificar también no solo ante el parlamento y ante la sociedad catalana, sino el conjunto del sistema político español y europeo, la decidida voluntad del Parlamento y del gobierno (catalán) de culminar el proceso que va a convertir a Cataluña en un estado independiente", dijo.
Es previsible que Puigdemont saque adelante la moción de confianza, pese a que su formación formación (Junts Pel Sí, JxSí) no tiene mayoría en el parlamento catalán, ya que el grupo antiausteridad CUP ha afirmado que en esta ocasión sí dará apoyo al "president".
El giro en la posición de la CUP - que había forzado la moción al negarse a apoyar los presupuestos del Govern - se ha visto como un intento de aprovechar la debilidad del Gobierno central, en funciones, para relanzar la hoja de ruta separatista.
Puigdemont también señaló que para la Diada del año que viene espera estar en funciones, lo que implica que habría ya una convocatoria de elecciones en Cataluña, tal como establece la hoja de ruta soberanista de Junts Pel Sí, que planteaba la legislatura actual como un periodo transitorio de 18 meses a partir de los comicios regionales del 27 de septiembre de 2015.
Además del rechazo político de los partidos constitucionalistas españoles (PP, el Partido Socialista y el grupo de centro Ciudadanos), el proceso independentista se ha encontrado con la oposición de los tribunales españoles, que han frenado varias iniciativas soberanistas, incluido un referéndum sobre la independencia hace dos años.
"El proceso va un poco lento", dijo en la manifestación de Barcelona Rafael Subirats, un profesor de instituto de 64 años que cree que un nuevo mandato de Rajoy tendría un impacto positivo a largo plazo en el movimiento independentista.
"A la corta sería mucho peor, pero a la larga quizás sería bueno porque la gente se daría cuenta de que es imposible negociar con ellos, es imposible. Para ellos la palabra 'negociar' no existe", dijo.