Por David Stanway
SHANGHÁI, 19 jun (Reuters) - Los planes de China para revisar su sistema de control de enfermedades podrían no mejorar su capacidad para manejar futuros brotes de virus, según algunos expertos de dentro y fuera del país.
Las reformas, anunciadas a finales de mayo, no resuelven todos los defectos que ha puesto de manifiesto el coronavirus y no abordan los problemas de secretismo y censura que muchos expertos creen que convirtieron un brote aislado en la ciudad central china de Wuhan en pandemia.
"El mayor problema de China es que (los gobiernos locales) temen que las epidemias puedan afectar a la estabilidad social", dijo Yang Gonghuan, exsubdirector del Centro de Control y Prevención de Enfermedades de China en Pekín. "Así que no quieren que los periodistas hablen y no quieren que gente como Li Wenliang hable".
Li, un médico de Wuhan, fue reprendido por la policía por "difundir rumores" cuando intentó dar la alarma sobre la enfermedad, de la que luego murió.
Las autoridades chinas tardaron 16 días en cerrar Wuhan después de que el nuevo coronavirus fuera identificado allí a principios de enero. El ministro de Salud, Ma Xiaowei, admitió este mes que la lucha para frenar el virus "expuso algunos problemas y deficiencias", sin dar detalles.
Para hacer frente a las deficiencias, Pekín ha dicho que dará a sus cientos de Centros de Control de Enfermedades (CDC), los órganos que coordinan la salud pública en todo el país, más poder para detectar y responder rápidamente a los nuevos brotes y les dará un mejor acceso a los hospitales y clínicas.
Las reformas, que hasta ahora solo son un proyecto de directrices sin detalles sobre plazos o financiación, fueron recibidas con escepticismo en el extranjero.
"Está muy claro, a partir del brote de Síndrome Respiratorio Agudo y Grave (SARS, por sus siglas en inglés) y del brote de coronavirus, que los factores políticos e institucionales han dificultado y comprometido la capacidad de toda la Administración para hacer frente al brote", dijo Yanzhong Huang, experto en salud pública del Consejo de Relaciones Exteriores, un centro de estudios estadounidense.
China ha notificado más de 80.000 casos y 4.634 muertes por la COVID-19, la enfermedad respiratoria causada por el coronavirus. La gestión del virus en el país está de nuevo en el centro de atención después de que se registraran más de 180 nuevas infecciones en Pekín durante la última semana, el mayor número de casos en la capital china desde febrero.
(Información de David Stanway en Shanghái y Roxanne Liu en Pekín; editado por Bill Rigby, traducido por Michael Susin en la redacción de Gdansk)