ATENAS, 4 may (Reuters) - Peluquerías, floristerías y librerías griegas reabrieron el lunes como parte de una flexibilización gradual de las medidas de confinamiento impuestas hace seis semanas para frenar la propagación del nuevo coronavirus.
Desde primeras horas de la mañana, la policía realizó inspecciones en los autobuses y en las estaciones de metro para asegurarse de que los pasajeros llevaban las obligatorias mascarillas quirúrgicas, así como en las tiendas para comprobar si se respetaban las normas de distanciamiento social.
Los griegos ya no necesitan un formulario en el que se indique una razón válida —como comprar comida o medicamentos, o hacer ejercicio físico— para poder salir de sus casas.
El volumen de tráfico aumentó en las calles de Atenas y otras grandes ciudades, y se formaron colas en el exterior de las tiendas de electrodomésticos, a las que también se permitió abrir por primera vez desde que el país impusiera una paralización generalizada a mediados de marzo.
Grecia, un país de 11 millones de habitantes, ha registrado hasta ahora 2.626 casos de COVID-19, la enfermedad respiratoria causada por el nuevo coronavirus, y 144 muertes, muchas menos que en otros países europeos.
El país, que salió en 2018 de una crisis de deuda que acabó con una cuarta parte de su producción económica, está desesperado por reabrir la economía y teme que la pandemia de coronavirus haga estragos en los ingresos del turismo de este año, un pilar de su economía.
Los canales de televisión locales mostraban a peluqueros y a sus clientes usando mascarillas en Atenas y en la ciudad norteña de Salónica. Las peluquerías operan solo con cita previa.
Pequeñas tiendas como floristerías y librerías, ópticas y servicios de balneario están entre otros negocios que pudieron reabrir el lunes, cuyas horas laborales se extenderán debido a la gran demanda acumulada.
Se espera que escuelas, restaurantes y bares vuelvan a abrir a finales de este mes, y que los hoteles puedan hacer lo mismo a partir del 1 de junio.
(Información de Lefteris Papadimas y Renee Maltezou; editado por Gareth Jones; traducido por Andrea Ariet en Gdansk)