ATENAS (Reuters) - Los servicios de ferry, autobús y tren en Grecia se interrumpieron y los funcionarios y médicos dejaron de trabajar el miércoles con motivo de una huelga nacional que coincidía con un debate sobre las políticas de austeridad que los prestamistas quieren que implemente el endeudado país.
La huelga ha sido convocada por los principales sindicatos públicos y privados un día antes de que el Parlamento deba votar las reformas que desbloquearán el siguiente tramo de fondos de un rescate de 86.000 millones de euros.
Grecia acordó este mes realizar más recortes de gasto para desbloquear las conversaciones con los acreedores. Una vez que se aprueben estas nuevas medidas, los ministros de Finanzas de la eurozona discutirán el desembolso de fondos en la siguiente reunión programada del Eurogrupo, el 22 de mayo.
Atenas necesita los fondos urgentemente para devolver la deuda de 7.500 millones de euros de deuda que vence en julio.
Como parte de las reformas, Atenas ha prometido recortar las pensiones en 2019 y disminuir las exenciones tributarias para ahorrar una cantidad equivalente a un 2 por ciento del Producto Interior Bruto.
Grecia ha necesitado tres préstamos de miles de millones desde 2010 y los recortes adicionales son una cuestión polémica para el primer ministro Alexis Tsipras.
"Nos han engañado. Creímos en sus promesas", dijo Nikos Moustakas, de 71 años, un mecánico jubilado que trabajó 38 años.
"Me han perdido como votante", dijo.
Tsipras fue elegido por primera vez en 2015 con el compromiso de terminar con la austeridad pero fue obligado a ceder meses más tarde para aceptar un nuevo paquete de rescate para evitar la bancarrota.
Tsipras permanece rezagado en las encuestas, pero su coalición de Gobierno tiene una pequeña pero firme mayoría en el Parlamento, que cuenta con 300 miembros.