BRUSELAS (Reuters) - Dos años después de que la crisis migratoria del mar Mediterráneo abriera una brecha en la Unión Europea, un intento titubeante de remendar las diferencias sobre como gestionar la llegada de los refugiados puso en evidencia los roces recurrentes entre los líderes del bloque.
La charla informal entre líderes europeos en una cena de la cumbre en Bruselas que empezó la noche del jueves y se alargó hasta la madrugada del viernes tenía como objetivo suavizar la tensión y ver si existe alguna forma de reconciliar opiniones opuestas sobre cómo reformar las desfasadas leyes de asilo.
Sin embargo, los líderes que salían de casi tres horas de conversación dejaron claro que mientras poco quedaba del enfado pasional de 2015, cuando millones de personas llegaron a Grecia y se dirigieron después a Alemania, un debate "sin tapujos" no consiguió suavizar las diferencias que enfrentan a los estados del este contra gran parte de los demás.
"Tenemos mucho trabajo que hacer", dijo la canciller alemana Angela Merkel a los periodistas. "Las posiciones no han cambiado".
Las divisiones sobre cómo compartir números relativamente pequeños de refugiados han envenenado las relaciones de la UE, complicando los esfuerzos presentes en un frente unido ante las negociaciones con Londres sobre el Brexit y la hazaña de acordar los presupuestos de la UE de hasta 2028.
Los nuevos líderes de República Checa y Polonia se ciñeron a las posiciones que comparten con Hungría y Eslovaquia de que sus sociedades ex-comunistas no podían aceptar un número significativo de inmigración, especialmente de musulmanes.
El primer ministro checo, Andrej Babis, calificó el debate de "bastante tumultuoso" y dijo a los periodistas que el primer ministro griego, Alexis Tsipras, había sido "bastante agresivo". Sin embargo, dijo Babis, los aliados del este no van a dejar que la mayoría les imponga cuotas obligatorias de refugiados.
Merkel y el primer ministro italiano, Paolo Gentiloni, estuvieron entre los que pedían que todos los países acogiesen una cantidad obligatoria de personas con derecho al asilo, que se han concentrado en la costa mediterránea, o, después de rutas caóticas por Europa, en el enriquecido noroeste del bloque.
Representantes alemanes dijeron que Merkel se había mostrado crítica con el moderador de la cumbre, Donald Tusk, que en su día también fue primer ministro en Polonia y que, en una carta enviada a los líderes a principios de semana, dijo que el controvertido programa de la Comisión Europea - la rama ejecutiva de la UE - en el que se estipula reubicar a los refugiados por todo el bloque según las cuotas obligatoria había fallado.