Por Michele Kambas
GINEBRA (Reuters) - Los líderes del étnicamente dividido Chipre se encontraron el lunes para una semana de negociaciones intensivas con el objetivo de esbozar un acuerdo de paz que ponga fin a décadas de división.
Con la esperanza de lograr aquello en lo que otros fracasaron, el turcochipriota Mustafa Akinci y el grecochipriota Nicos Anastasiades se reunieron en Ginebra, donde pasarán tres días enteros negociando.
Las conversaciones se irán ampliando para incluir el jueves a otros países con interés en la isla, que posee una ubicación estratégica.
A su llegada a la sede europea de Naciones Unidas, Anastasiades fue preguntado si era optimista, a lo que respondió: "Preguntadme cuando hayamos terminado".
El nuevo secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, que previsiblemente participará en la conferencia el jueves, ha descrito las conversaciones como una "oportunidad histórica" para tener éxito.
La distribución del poder, la delimitación de las nuevas fronteras de propiedad y cuestiones de seguridad en una futura patria reunificada son los puntos clave de unas negociaciones que en el pasado han sufrido bloqueos.
Sin embargo, los mediadores pretenden capitalizar el impulso de los líderes moderados al mando de sus respectivas comunidades, antes de que los ciclos electorales domésticos desplacen el proceso.
"Tenemos que tener cautela. No somos pesimistas, pero no veo ninguna necesidad de expectativas exageradas respecto a que todo vaya a ocurrir. Esperamos una semana difícil", dijo Akinci el domingo.
Las mitades griega y turca de Chipre han vivido separadas desde 1974, cuando Turquía invadió el norte del país tras un breve golpe de Estado de inspiración griega. Las semillas de la partición fueron sembradas años antes, poco después de la independencia respecto a Reino Unido en 1960.
A día de hoy, la isla de poco más de un millón de habitantes sigue dividida, con los turcochipriotas en el norte y los grecochipriotas en el sur, separados por una de las fuerzas de mantenimiento de paz más antiguas de Naciones Unidas.
Cualquier acuerdo debería ser sometido a referéndum en ambas comunidades. Algunos diplomáticos anticipan un voto para junio.
Los analistas se han distanciado de las advertencias de que este proceso pueda ser la última oportunidad para la paz, pero sí dicen que se podría echar a perder una oportunidad única de resolver un conflicto que ha llevado Grecia y Turquía al borde de la guerra y que todavía frustra las ambiciones turcas de acceso a la Unión Europea.