Por Kai Pfaffenbach y Marius Zaharia
HONG KONG (Reuters) - Cientos de manifestantes se congregaron el domingo en las afueras del aeropuerto de Hong Kong, interrumpiendo el tráfico aéreo para llamar la atención mundial sobre su lucha por una mayor democracia para la ciudad gobernada por China, que se enfrenta a la mayor crisis política de las últimas décadas.
Los pasajeros continuaron entrando y saliendo libremente de la terminal, mientras los aviones seguían despegando y aterrizando.
Manifestantes vestidos de negro irrumpieron en el aeropuerto hace tres semanas, bloqueando la terminal con enfrentamientos con la policía que en ocasiones se volvieron violentos y provocaron que algunos vuelos fueran cancelados o retrasados.
Los trenes al aeropuerto fueron suspendidos el domingo cuando los manifestantes instaron al público a desbordar las conexiones por carretera con uno de los aeropuertos más activos y eficientes del mundo, construido en terrenos reclamados al mar alrededor de una diminuta isla en las afueras de la ciudad y al que se llega por medio de una serie de puentes.
Los manifestantes abandonaron el aeropuerto a primera hora de la tarde y miles de personas se dirigían a la cercana ciudad nueva de Tung Chung.
"Planeamos interrumpir la actividad en el aeropuerto para llamar la atención sobre lo que el gobierno y la policía nos están haciendo", dijo un manifestante de 20 años de edad, pidiendo que no se le nombrara.
"Si interrumpimos el aeropuerto, más extranjeros leerán las noticias sobre Hong Kong."
Algunos observadores han sugerido que apuntar al aeropuerto podría hacer que los manifestantes perdieran el apoyo público.
La policía dijo que los manifestantes arrojaron varas de hierro, ladrillos y piedras a la vía férrea cerca de la estación del aeropuerto e invadieron la vía.
La manifestación del domingo se produce después de que la policía y los manifestantes se enfrentaran durante la noche con algunas de las escenas más violentas desde que estallaron los disturbios hace más de tres meses, debido a la preocupación de que Pekín estuviera planeando erosionar la autonomía otorgada a la antigua colonia británica cuando fue devuelta a China en 1997.
China niega la acusación de injerencia en Hong Kong, y dice que se trata de asuntos internos. Ha denunciado las protestas y ha advertido de los daños a la economía.
(Información de Twinnie Siu, Marius Zaharia, Farah Master, Joyce Zhou, Donny Kwok, Yoyo Chow, Kai Pfaffenbach, Danish Siddiqui, Noah Sin y Anne Marie Roantree; traducido por Tomás Cobos en la redacción de Madrid)