Por Dahlia Nehme
YAMARAT, Arabia Saudí (Reuters) - Casi dos millones de peregrinos musulmanes realizaban el lunes una simbólica lapidación al diablo, la parte más delicada de la peregrinación anual del haj a La Meca, un año después del peor accidente del ritual en décadas.
Arabia Saudí, que se juega su reputación con la organización de la mayor peregrinación musulmana anual del mundo, ha desplegado miles de efectivos de seguridad, personal de protección civil y voluntarios, así como una moderna tecnología que incluye drones y brazaletes electrónicos para asegurar un peregrinaje seguro.
El país dijo el año pasado que casi 800 peregrinos murieron cuando dos grandes grupos de ellos llegaron juntos en una encrucijada en Mina, a pocos kilómetros al este de La Meca, cuando se dirigían al ritual de lapidación en Yamarat.
El recuento de los países por los cuerpos repatriados mostró que más de 2.000 personas podrían haber fallecido, entre ellos más de 400 iraníes.
Las autoridades saudíes han dicho que alrededor de 1,86 millones de musulmanes de todo el mundo acuden a la peregrinación de la ciudad más sagrada del islam para cumplir con uno de sus pilares, el de que todo musulmán capaz de hacerlo acuda a la peregrinación al menos una vez en su vida.
Las cifras de este año son inferiores a otros años, cuando han acudido hasta 3 millones de personas. Las autoridades dicen que a las interrupciones provocadas por los trabajos de expansión y los proyectos de infraestructuras en La Meca se han sumado los conflictos en la región para restringir la afluencia.
Bajo una férrea supervisión de las autoridades saudíes, los peregrinos en vestimenta blanca se reunían en Yamarat portando piedras para realizar el ritual desde un puente de tres plantas erigido para evitar la congestión.
En ocasiones anteriores, los atropellos para realizar la lapidación antes de volver a rezar en la Gran Mezquita han provocado frecuentes estampidas y choques.
(Escrito por Sami Aboudi y Katie Paul; Editado por Dominic Evans)